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Hay temas graves de qué ocuparse más que
cambios de nombre a estaciones de subte

El país está que arde, el gobierno pretende hacer las cosas bien para levantar al país que quedó más que de rodillas, pero finalmente, "la casta" es la que menos sufre las consecuencias y en el Congreso y la Legislatura porteña, lejos de ocuparse de temas graves que requieren pronta solución, están prontos para aumentarse las dietas y otros con menos materia gris, proponiendo cambiar el nombre a una estación de subte que ya había sido rebautizada.

La legisladora libertaria, Sandra Rey, propuso cambiar el nombre de la cabecera “Juan Manuel de Rosas-Villa Urquiza” de la línea B; la denominación ya había generado controversia hace más de 15 años. La idea es eliminar el nombre actual y reemplazarlo por Monroe-Villa Urquiza, para vincularla con la avenida que está en la superficie y que lleva el apellido del expresidente de Estados Unidos James Monroe.

Ya en su momento, haber elegido el nombre de Juan Manuel de Rosas fue muy debatido por vecinos e instituciones, desde 2008, cuando se aprobó la denominación de la estación, que aún no estaba en funciones ya que abrió en 2013. El hecho de que el barrio esté identificado con Justo José de Urquiza, justamente el vencedor de Rosas en la histórica batalla de Caseros, generó el disgusto de varios vecinos.

Ahora, Sandra Rey, de La Libertad Avanza (LLA), reflotó el debate desde la Comisión de Cultura del parlamento porteño. “Las denominaciones de las estaciones de subte se han convertido en el ámbito de esta Legislatura en un campo de disputa político-ideológica”, dijo la libertaria e hizo alusión a un paquete de leyes aprobadas en los últimos años que incorporaron designaciones dentro de la nomenclatura urbana como homenaje a personalidades de la historia argentina y porteña. La legisladora dijo que, en cambio, su motivación es más práctica: reemplazar la nominación al interpretar que no sirve como orientación a los usuarios de la red de transporte, ya que no remite a la localización en la que se encuentra, que es la esquina de Triunvirato y Monroe. Lo mismo ocurre con otras estaciones.

La diputada negó un propósito de “tinte político” y agregó que busca “solucionarle la vida al ciudadano”. No obstante, admitió que se siente más en línea con James Monroe, quien fue presidente de Estados Unidos entre 1817 y 1825. Y cargó contra Rosas: “En su vida política, no hizo mucho para la ciudad de Buenos Aires”.

La diputada podría decir qué otro proyecto importante presentó, que realmente sea importante para la ciudad, porque este proyecto no parece ser trascendental ni cambiará la vida de ningún porteño.

En su momento, Luis Alposta, presidente de la Junta de Estudios Históricos de Villa Urquiza, se había manifestado en contra de ponerle a la estación el nombre de Rosas, mediante una carta de lectores y ahora volvió a manifestarse en contra de la actual propuesta de la legisladora libertaria.

Por su parte, el secretario del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, Pablo Vázquez, lamentó la presentación del proyecto en la Legislatura porque “no solo busca modificar un nombre, sino también ocultar la historia argentina” y agregó: “Estamos en absoluto desacuerdo, porque la presencia de Juan Manuel de Rosas fue y es escasa en la Ciudad”, indicó y sostuvo que la actual doble designación que une el apellido del brigadier con el de Justo José de Urquiza otorga “una imagen de unidad y mantiene un equilibrio” de los dos personajes de la historia que se enfrentaron en la batalla de Caseros el 3 de febrero de 1852.

Lo cierto es que tanto en el Congreso como en la Legislatura porteña, deberían trabajar en proyectos que realmente mejoren la vida de los argentinos en general y dejar de ocuparse de trivialidades, malgastando su tiempo que tanto nos cuesta a los que trabajamos para que ellos cobren sus jugosos sueldos.

Susana Espósito - Publicada el Martes 18/06/24 - 3902 caracteres