Historia de Buenos Aires

Siempre se habla de las dos fundaciones de Buenos Aires: la primera en 1536, cuando llegó a nuestras tierras don Pedro de Mendoza, "el adelantado" y la segunda, en 1580 fundada por Juan de Garay.

A pesar de que la expedición de Pedro de Mendoza vino más preparada, con 16 naves y 1.500 hombres, ese intento de fundación no prosperó y simplemente se lo consideró un asentamiento.

La Fundación de Juan de Garay, bautizando a Buenos Aires como Ciudad de la Trinidad en el Puerto de Santa María del Buen Ayre, fue el inicio de nuestra ciudad y el comienzo de nuestra historia.

El principal objetivo de la expedición era "abrir puertas a la tierra", esa necesidad de crear un puerto que mejorara las comunicaciones comerciales con el viejo mundo, por esa razón, a quienes vivimos en la ciudad se nos llama "porteños".

Después del acto de Fundación, tal cual establecían las Leyes de Indias de Felipe II (año 1573), a partir de la Plaza de Mayo se trazó una cuadrícula en forma de damero, de 16 manzanas paralelas al río y 9 perpendiculares. Cada manzana tenía 150 varas o 120 metros y éstas a su vez estaban divididas en 4 solares. A continuación del ejido urbano se otorgaron las llamadas suertes de estancias al sur y chacras al norte.

En 1776 se creó el Virreinato del Río de la Plata y Buenos Aires como integrante del mismo, pasa a constituir la Intendencia de Buenos Aires, cuyos límites de ocupación real llegaban hasta el río Salado, iniciándose en 1784 la división política y administrativa en "pagos". Los pagos eran la suma de las quintas, chacras y estancias. Al tratarse de superficies tan amplias, resultaba complicado para el Cabildo el control de los mismos, por ello se decidió dividirlos y así quedaron conformados "los partidos".

Buenos Aires es la única provincia que está dividida en Partidos, que actualmente son 134. De estos 134 partidos, 26 integran el AMBA.

La ciudad de Buenos Aires, capital de la República Argentina, desde 1880, tiene una superficie de 202 km2 y está dividida en 48 barrios. Cada barrio se caracteriza por una arquitectura que les otorga su propia identidad y que es producto de las diferentes corrientes migratorias que fueron llegando y se instalaron en los mismos.

Esa variada arquitectura presente en los barrios, hacen de Buenos Aires una ciudad única en el mundo.