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Historias poco conocidas de la Buenos Aires de hace dos siglosEn tiempos en que hay grandes avances tecnológicos, los niños de las últimas generaciones desconocen que hace dos siglos, no existían canillas que abrías y tenías agua, no existía la luz eléctrica, el gas para cocinar, las calles no eran asfaltadas y no existían los colectivos, subtes, aviones, pero además, lejos estaba la existencia de un aparatito que hoy parece imprescindible: el celular, las computadoras, notebooks y obviamente Internet, para que todo esto pueda funcionar.
En general, en las escuelas, se enseña Historia, pero de una manera que muchas veces aburre a los chicos. Se presenta a los próceres como soldados que iban a las batallas, ganaban o perdían, se romantiza la creación de la bandera y su inspiración en los colores del cielo o el cruce de los Andes, que ha sido retratado con San Martín montando un bellísimo caballo blanco. Los tiempos cambiaron y recién en los últimos años se los ha humanizado y mostrado que además de sus actuaciones en batallas y política, eran personas que también tenían una vida personal: amaban, odiaban, eran divertidos o no y se conocen sus vivencias, amores y desencantos amorosos, pero también, se han rescatado algunos importantes testimonios del pasado, como los lugares en los que han vivido. Pocos se conservan, pero en algunos casos, se realizaron excavaciones arqueológicas que posibilitaron descubrir elementos fabulosos para reconstruir cómo vivían y uno de esos espacios se encuentra en la calle Moreno 550, en el barrio de Monserrat. Se trata de la Cisterna, que data de hace dos siglos. El lugar fue descubierto cuando se iniciaron trabajos de excavación para construir un nuevo espacio y se produjo el hallazgo de una vieja cisterna de los tiempos en que vivía Juan Manuel de Rosas. Esa era la Casa de Gobierno de la Confederación Argentina y el lugar funciona desde 2023 como un nuevo espacio para exponer parte de nuestra historia. La Cisterna depende de la Dirección General de Patrimonio, Museos y Casco Histórico del Ministerio de Cultura de la ciudad y se puede visitar los miércoles, jueves y viernes, de 13 a 18, con entrada gratuita. ¿Qué encontrará el visitante en el lugar? En el museo hay vitrinas y una pasarela para asomarse a lo que quedó de la vieja cisterna. Del conjunto de elementos recuperados, se expone una selección de los más de 15.000 restos arqueológicos y paleontológicos, entre vajillas, frascos, juguetes y restos de alimentos. Allí se encontraron desde restos de megafauna prehistórica hasta platos con consignas federales de los tiempos de Rosas El restaurador vivió allí. El solar ya aparecía en el plano de reparto de tierras realizado por Juan de Garay en 1583 inscripto a nombre de los señores Antonio Ermud y Alonso Gómez. Un siglo y medio más tarde, aparece en nuevos datos catastrales: es propiedad de la iglesia, y figura como Casa del Obispo en el año 1756 hasta el año 1774. “Para 1778, se cuenta con la información de que la propiedad pasa a manos del matrimonio de Felipe Arguibel y Andrea López, matrimonio que contaba con 9 hijos y 8 criados. Arguibel fue un francés que llegó a Buenos Aires en 1753, hizo fortuna y entre sus propiedades figuraba Moreno 550.
En 1783 la hija mayor, Teodora Josefa Arguibel, contrajo matrimonio con el español Juan Ignacio de Ezcurra Ayerra, quienes residieron en la casona de Bolívar y Moreno, pues su esposa había heredado esa propiedad. También tuvieron 9 hijos. Una de sus hijas, María Encarnación Ezcurra Arguibel se casó con Juan Manuel de Rosas en 1813 fueron a vivir a Moreno 550", detallan los investigadores Mario Silveira, Ricardo Orsini y Federico Faccini. Entre las historias que se cuentan, parece Encarnación se llevaba muy mal con su suegra (la madre de Rosas) y por ello decidieron vivir en casa de la familia Ezcurra, donde hoy se encuentra la cisterna. De ahí que en la vajilla de loza inglesa encontrada en las excavaciones arqueológicas se lean leyendas como “Federación o muerte” o “Mueran los salvajes unitarios”. Rosas las había encargado especialmente en Inglaterra. Posteriormente, el Restaurador de las Leyes compró lotes adyacentes a Moreno 550 (entre 1836 y 1838). La residencia de Moreno 550 y el predio ubicado en Bolívar y Moreno, hoy ocupado en parte por el palacio Raggio y también adquirido por Rosas, se habrían transformado como sede gubernamental del mandatario al menos hasta que se terminara de construir el Caserón de Palermo en 1839", escriben los investigadores. Fue en ese tiempo Sede de Gobierno. Después de la batalla de Caseros, funcionaron allí en diferentes épocas y por distintos períodos la oficina de Papel Sellado de la Provincia, la Escribanía Mayor de Gobierno de la Provincia, la oficina de Patentes, la Corte de Justicia de la Nación y también el Correo, que fue trasladado en 1910, momento en que se construye el edificio de los Almacenes Raggio, y la Escuela Modelo de Catedral al Sur inaugurada en 1858. Entre los años 1902 y 1903, llegaría el fin de la legendaria construcción de Moreno 550. Tras un loteo, se construyó un edificio con planta baja y primer piso de estilo italiano con unidades para casas de alquiler y algunos locales comerciales. Estaban ocupados, entre otros, por un taller de pulido de cristales y, ya promediando el siglo, por el periódico La Época. La construcción se mantuvo en pie al menos hasta 1973, cuando su propietario, Cristalerías Rigolleau, presentó plano de demolición y solicitud de corte del servicio a Obras Sanitarias de la Nación. En fotos aéreas de 1978 ya aparece la playa de estacionamiento, donde algunos años más tarde se pondría en marcha el emprendimiento inmobiliario donde se encontraron los restos de la Cisterna. Por intermediación judicial, se paró la obra y se contrató a un equipo patrimonialista dirigido por el arquitecto Mederico Faivre, que trabajó con un equipo arqueológico dirigido por Ana Igareta, supervisado por la Dirección General de Patrimonio, Museos y Casco Histórico de la ciudad de Buenos Aires en 2021. Lo integraron catorce profesionales, entre arqueólogos, historiadores, arquitectos y biólogos de la Universidad Nacional de La Plata, la UBA y la Universidad Nacional de Rosario. Desde 2017, el estudio Kohon construía ahí un edificio de 14 pisos con subsuelo y la obra había sido clausurada dos veces, para proteger el hallazgo. Fue Schavelzon quien alertó que en el predio había restos amparados por la Ley Nacional 25.743 de Protección del Patrimonio Arqueológico. Han salido de la tierra cantidad de tesoros: vajilla de loza inglesa de mesa (aquella con inscripciones federales), tazas de chocolate tipo Imperio, blancas con borde dorado, jarras de leche, bowls, frascos de mostaza de origen francés, cuencos y ollas de cerámica vidriada, y botellas de agua y cerveza de gres. También, bacinicas, jarras y palanganas, potes de ungüento, pipas y cazoletas de caolín, en altas cantidades. No faltaron las botellas de vino de Burdeos, frascos de perfume, canicas, trompos, pelotas de cuero y objetos de uso de oficina. Todo esto está a la vista del visitante en el museo de sitio, que puede recorrerse con visitas guiadas que ofrecen un recorrido de 40 minutos: un verdadero viaje en el tiempo. Es un excelente lugar para visitar con los chicos y que puedan viajar al pasado, mediante un recorrido que les permitirá comparar el ayer y hoy. Las visitas guiadas se realizan los miércoles, jueves y viernes, a las 16, sin inscripción previa. Con capacidad limitada. El recorrido tiene una duración aproximada de 40 minutos. Todas las actividades son gratuitas. Susana Espósito - Publicada el Lunes 08/04/24 - 7582 caracteres |