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Pruebas Aprender y el boicot de un gremio docenteEste martes 19 de septiembre, el Ministerio de Educación de la Nación, a través de la Secretaría de Evaluación e Información Educativa (SEIE), tomará las pruebas Aprender de nivel primario. Un gremio docente convoca a boicotear la prueba. La evaluación será de carácter censal y se implementará en las 20.000 escuelas primarias del país, con el objetivo de evaluar los conocimientos en Lengua y Matemática de los 750.000 estudiantes argentinos de sexto grado. En esta oportunidad, se incluirán preguntas abiertas o de construcción en Lengua y Matemática para que los estudiantes elaboren y desarrollen sus respuestas sobre los contenidos adquiridos en el aula. También se aplicarán cuestionarios complementarios a estudiantes, docentes y equipos directivos que indagarán sobre otros aspectos de la vida escolar, que tienen por objetivo obtener información sobre las características de las condiciones de enseñanza y aprendizaje. “Aprender 2023 contribuye al diagnóstico del sistema educativo, promueve procesos de reflexión al interior de las escuelas, genera evidencia para la toma de decisiones y enriquece el debate público de todos los actores involucrados al quehacer escolar”, dijeron desde el ministerio que conduce Jaime Perczyk. Los resultados de Aprender 2023 se publicarán “en el transcurso del año” y considerarán aspectos como la cobertura y la participación de los estudiantes y los desempeños en las asignaturas desagregados por las principales variables de análisis como género, ámbito y sector de gestión de las escuelas a las que asisten las y los alumnos, y el nivel socioeconómico de sus hogares. Cabe recordar que la última evaluación Aprender se realizó en diciembre de 2021 y los resultados obtenidos sobre un total de 623 mil alumnos, dejaron en evidencia un significativo bajo nivel en la comprensión de textos: el desempeño básico y por debajo del nivel básico fue del 44%; mientras que en 2018, esta asignatura arrojó un resultado de un 75% de alumnos que habían alcanzado un nivel satisfactorio. En Matemática la caída fue más leve: en 2018, el 42,6% de los chicos no alcanzaban el nivel satisfactorio, y en 2021 ese número aumentó a 45,2%. En noviembre del año pasado se realizó una instancia extra de carácter muestral —participaron 123.855 alumnos de sexto grado de 3686 escuelas públicas y privadas de todo el país— para conocer qué pasó con los aprendizajes de los chicos cuando retornaron a la presencialidad escolar plena durante 2022 y así tener un diagnóstico intermedio entre la prueba de 2021 y la que se tomará hoy. Los resultados de ese operativo fueron positivos respecto de 2021: evidenciaron una mejora sustantiva en los aprendizajes de lengua y matemática y en todos los sectores socioeconómicos, aunque especialmente en lengua, en los grupos de bajos ingresos y en las escuelas de gestión estatal. El gremio Ademys, califica a las pruebas como una “evaluación contra la docencia y el estudiantado” y rechazaron la realización del operativo por varios motivos: “su dudosa eficacia”, lo “ajenas que resultan las pruebas a la praxis cotidiana”, la “falta de protagonismo de la docencia en su elaboración”, el hecho de ser “una de las principales puntas de lanza de los organismos internacionales para incidir de manera directa sobre la educación” y porque “con estas pruebas quedan fuera de registro las múltiples carencias sociales y materiales de los establecimientos educativos”. Asimismo dicen que allí donde falta calefacción, edificios en condiciones o viandas, el Ministerio de Educación envía formularios y ‘aplicadores’. Las pruebas externas, como el dispositivo censal a nivel nacional del “Operativo Aprender”, tienen una finalidad que no es “medir para mejorar la educación”: por el contrario, tratan de colocar a los funcionarios como “evaluadores” y a lxs docentes y estudiantes como “culpables” de la crisis educativa. Por eso convocan a rechazar la prueba. Lo cierto es que nada tiene que ver el tema de calefacción o viandas con los conocimientos adquiridos por los chicos y de hecho, hay pueblos en varias provincias, alejados de escuelitas rurales donde los chicos, para llegar y aprender, deben hacerlo a pie, cruzando cerros, lagunas, con frío, calor y todo tipo de inclemencias climáticas, pero lo hacen, con gran esfuerzo y conscientes de la importancia de estudiar. El manejo político lo hacen los gremios, como suele ocurrir y lo que menos les importa es trabajar, porque lejos de tener vocación de servicio, son muchos los docentes que practican la ley del mínimo esfuerzo y solo se ocupan de salir a reclamar mejoras salariales y hacer paros para negociar paritarias. Bien lo decía un recordado economista, Tomás Bulat: "Cuando se nace pobre, estudiar es el mayor acto de rebeldía contra el sistema. El saber rompe las cadenas de la esclavitud". Susana Espósito - Publicada el Martes 19/09/23 - 4856 caracteres |