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    Desde 01/01/2016




    Un país sin educación está condenado al fracaso

    De acuerdo a un informe de argentinos por la Educación, solo el 43% de los estudiantes de primaria llegan a sexto grado a tiempo y con los conocimientos esperados, lo que anticipa dificultades para el resto en la secundaria y la universidad.

    Domingo Faustino SarmientoLa escuela primaria sienta las bases del desarrollo cognitivo de los chicos y es el eje donde se apoya su trayectoria educativa. Sin embargo, las cifras reflejan que, a nivel nacional, solo el 43% de los estudiantes llegan a sexto grado en tiempo y con los aprendizajes esperados en materias clave como lengua y matemática.

    Hay solo tres lugares de nuestro país, donde existen variaciones significativas y con mejor índice de resultados escolares: la Ciudad de Buenos Aires (63%), Córdoba (56%) y Río Negro (47%), mientras que en el otro extremo se encuentran Corrientes (30%), Catamarca (26%) y Chaco (25%).

    El estudio del Observatorio Argentinos por la Educación titulado ¿Cómo llegan los estudiantes al final de la escuela primaria? Trayectorias escolares y aprendizajes, analizó el recorrido escolar en el nivel primario según los relevamientos anuales para los chicos que empezaron primer grado en 2016 y llegaron a sexto en 2021; el relevamiento incluyó los resultados de las pruebas Aprender en las áreas de lengua y matemática que se tomaron ese año.

    El informe destaca que la llegada en el tiempo estipulado a sexto grado es de un nivel alto en todo el país, con algunas diferencias entre las provincias. Según detalla, a todo el territorio argentino, en 2016 ingresaron a primer grado unos 746.565 estudiantes en edad esperada (6 años a junio) y un 92% llegó a sexto en edad (686.665). En cuanto a las provincias, en Córdoba, Jujuy, Neuquén y Río Negro, el 99% de los alumnos alcanzaron sexto grado en tiempo, mientras que en la otra punta se ubican Misiones (82%), Corrientes (78%) y San Juan (78%).

    De acuerdo al informe, el hecho de que solo el 43% de los alumnos alcance un conocimiento esperado y llegue en el tiempo estipulado a sexto grado podría explicar, en parte, los problemas de fracaso escolar en el nivel secundario. “Un alto porcentaje de alumnos (57% promedio nacional) está comenzando la secundaria sin los aprendizajes necesarios para continuar su trayecto educativo”, señala el estudio que tiene como autores a Melina Furman, de la Universidad de San Andrés, y a Gabriela Catri y Martín Nistal, del Observatorio. Por otra parte, un relevamiento de la ONG elaborado durante el año pasado, arrojó que solo un 16% de los alumnos llegan a último año del secundario en el tiempo esperado y logran niveles de aprendizajes satisfactorios en lengua y matemática. Por esta razón, los investigadores consideran necesario explorar en profundidad lo que sucede en la escuela primaria con el aprendizaje de contenidos.

    Martín Nistal, analista de Datos en el Observatorio Argentinos por la Educación destaca: “La primaria forma para el futuro, pero que es evidente que hay una proporción elevada de chicos que no llegan cómo deberían llegar”.

    Según el analista, si bien la mayoría de ellos están hoy dentro de la escuela primaria se olvida la calidad del aprendizaje que tiene una repercusión directa en las trayectorias. Hay que poner el foco en los aprendizajes básicos de lengua, en la escritura, la comprensión lectora y en matemática. Respecto al impacto de la pandemia, asegura que si bien el informe incluyó un año de enseñanza en pleno confinamiento y esta situación bajó aún más los niveles académicos, estos ya habían descendido previamente.

    En cuanto a las estrategias para abordar esta situación, Martín Nistal considera que es fundamental apoyar a los docentes, con sueldos dignos, capacitación adecuada y, principalmente, sin relegarlos de la discusión porque ellos son parte de la solución.

    Respecto al informe actual de Argentinos por la Educación dice que solo el 43% llega en tiempo y con los conocimientos esperados a sexto grado, pero en quinto año ese 43% se transforma en 16%, y cuando ingresan a la universidad se produce un desgranamiento fenomenal en el primer año porque solamente seis de cada diez lo completa”, sostiene el especialista. En efecto, según datos de la Secretaría de Políticas Universitarias dependiente del Ministerio de Educación de la Nación para 2020 y 2021, el resto abandona antes de completar el primer ciclo y, en este punto, “una de las razones de que ese 40% deje la universidad está íntimamente ligada con la baja formación con la que llegan los alumnos.

    “La escuela primaria, más o menos, la terminan todos, pero en la instancia siguiente solamente el 55% finaliza la escuela secundaria y cuando van a la universidad solo la completan un 30% aproximadamente de los que ingresan. Dentro de todo, la escuela se va apiadando, pero la que los expulsa sin piedad es la universidad que no permite que pasen sin los conocimientos adecuados”. Este informe da una primera señal que luego se acentúa.

    Ante esta situación, surgen algunas preguntas:

    ¿Está mal que la universidad no permita que pasen aquellos alumnos sin los conocimientos adecuados?

    ¿Qué ocurriría si pasaran y un médico se recibe con ese desconocimiento? Podría fallar en un diagnóstico y poner en riesgo la vida de sus pacientes.

    ¿Qué ocurriría si un arquitecto se recibiera sin los conocimientos necesarios? Un error de cálculo en la construcción de un edificio podría ser fatal.

    La carencia de conocimientos en las materias de cualquier carrera pueden ser graves. Vivimos en un mundo competitivo en el que quienes tienen mayores conocimientos son los más valorados y mejor remunerados, porque es "un mérito", haber dedicado tiempo a estudiar y hacerlo con dedicación, responsabilidad y esmero, aunque estamos viviendo en la Argentina, cuyos actuales gobernantes no valoran el mérito. Más analfabetos, mayor sometimiento y dependencia, más fácilmente dominables y se reciben de esclavos del poder de turno que los compra con espejitos de colores, solo a cambio de un voto.

    Si hacemos revisión del pasado, veremos que Sarmiento, considerado el "padre del aula", el gran maestro, buscó, en su propuesta, generar acceso masivo a la escolaridad, porque entendía a la educación como el gran igualador de las condiciones del ser humano y se centró en crear y desarrollar instituciones capaces de generar y mantener el control social. Para él, el tiempo y su eficaz utilización eran prioridad.

    La cuestión del control social puede rastrearse en la concepción sarmientina de educación como actividad "socialmente estabilizadora". Al respecto, dice Sarmiento en Educación Popular: "Las masas están menos dispuestas al respeto de las vidas y de las propiedades, a medida que su razón y sus sentimientos morales están menos cultivados". Si analizamos ese concepto, podemos ver que cierta razón tenía, ya que hoy vemos a las masas salir a reclamar en lugar de salir a buscar trabajo y estudiar para avanzar y alcanzar mayores logros, salen a pedir planes, a tomar tierras, reclamar viviendas dignas y lo obtienen tan fácilmente que ¿para qué querrán estudiar o trabajar?. Se busca lo fácil y tampoco interesan los sentimientos morales.

    El proyecto sarmientino se centró en organizar a la población y su proyecto -como se sabe, diseñado a partir de la oposición antinómica entre las categorías de civilización y barbarie - tuvo entonces, en la educación y en el enorme impulso que Sarmiento le imprime, quizás su principal pilar. Para él, la educación era el elemento prioritario para el cambio social y la modernización de la sociedad. En ese punto discrepaba con Alberdi -quien lo acusaría luego de ser en extremo intolerante con las ideas ajenas- que consideraba menor la eficacia modernizadora de la educación formal.

    Sarmiento sostenía también en su discurso que consideraba a algunos actores sociales como "culturalmente irrecuperables". Hoy vemos claros ejemplos de ello que están a la vista. Consideraba que la educación era central para formar ciudadanos capaces para el trabajo -en particular el trabajo industrial- pensaba también que existía una "incapacidad natural" en los habitantes de los pueblos americanos para realizar este trabajo. Este argumento fue central para definir su política inmigratoria, que buscó en particular atraer ciudadanos de países sajones.

    La fascinación por la forma de llevar adelante acciones educativas en los Estados Unidos, fue una influencia decisiva para Sarmiento, a tal punto que decidió traer maestras desde aquel país, no solo por lo educativo sino por el modo de organización de la sociedad norteamericana. Fue por eso que buscó de forma inclaudicable sentar las bases de un sistema educativo que él entendía como inclusivo, siguiendo el modelo norteamericano, aunque otorgando al Estado un rol diferente.

    Hoy, hablar de inclusión es utilizar un idioma inventado, una preocupación por las percepciones sexuales, la imposición de un mismo número de hombres y mujeres en distintos ámbitos, el adoctrinamiento en las escuelas, confundiendo a los niños sobre la sexualidad, etc. Inclusivo es algo que aplica a todos, es por el bien de todos y no excluye a nadie, en tal caso, los que intentan diferenciarse y van contra la corriente son precisamente los que tanto hablan de inclusión.

    Sarmiento buscó que el Estado regulara la provisión de educación, generando una oferta que no se agotara en las profesiones tradicionales como el derecho o la medicina y que apuntara a cuestiones más vinculadas a la producción. Esta es una de las claves que permiten entender su política educativa: creó un enorme número de escuelas y aumentó notablemente la tasa de alfabetización a partir de este modelo. Para él, la educación debía ser utilitaria, racional y científica.

    Una pena, nuestros gobernantes actuales, descreen del mérito, atienden más a los gremialistas como Baradel que a los niños que tienen el derecho a recibir una educación digna y peor aún, no importa si adquieren o no los conocimientos para pasar de año, que pasen igual, total... si probablemente terminen uniéndose a algún piquete y recibiendo un plan o subsidio, teniendo que devolver la atención con solo un voto que les asegure permanencia en el poder y dominación de las masas.

    Lamentable, porque el precio de la educación se paga una vez y el de la ignorancia, se paga toda la vida.


    Susana Espósito - Publicada el Lunes 13/03/23 - Web consultada: cdn.educ.ar - 10275 caracteres