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    Desde 01/01/2016




    El frustrado proyecto de una Buenos Aires Eye

    Hace cuatro años, se presentó un proyecto para crear una gigante rueda, semejante a la London Eye de Londres, en el Dique 1 de Puerto Madero, pero aún no se concretó, aunque parece que podrían retomar el proyecto.

    La Rueda de Buenos Aires, como había sido presentada la atracción, estaba lista para comenzar a ser montada en 2019 con la construcción de una plataforma sobre el dique 1, mientras las partes de la estructura eran fabricadas por una empresa china. ¿Qué pasó? Complicaciones en las importaciones de las ruedas gigantes, permisos vencidos y trámites que se trabaron en la ciudad de Buenos Aires le habían puesto un freno a la instalación de más de 80 metros de altura y 488 toneladas.

    La Corporación Antiguo Puerto Madero, la sociedad anónima integrada en partes iguales por los Estados nacional y porteño, había anunciado el llamado a licitación en 2016. La participación de capitales privados generaba la confianza necesaria para la concreción del proyecto pero surgieron problemas desde el comienzo, cuando se debatía dónde iban a instalarla.

    London eye

    En principio se pensaba que el Dique 2, detrás del edificio de la Universidad Católica Argentina, entre las calles Rosario Vera Peñaloza (continuación de Estados Unidos) y Azucena Villaflor (continuación de la avenida Belgrano), era el lugar indicado, pero la propuesta generó el rechazo de la institución educativa porque, entre otras cosas, se consideró que distraería a los alumnos que la verían girar permanentemente a través de las ventanas. Otro espacio que se había considerado era en paralelo a la peatonal Juana Manuela Gorriti, en el rincón formado entre la calle María Luisa Bemberg y el canal de navegación.

    Tres empresas se presentaron al llamado a licitación pública que terminó adjudicándose a Rueda de Buenos Aires Sociedad Anónima (RDBA SA) para construir la atracción con una inversión de unos US$11.000.000. Los pliegos del acuerdo establecían que RDBA debía abonar a la Corporación un canon anual de US$320.000 por la explotación durante 10 años, con la posibilidad de renovar el plazo por una década más.

    Sin embargo, fuentes de la Corporación dicen que el proyecto nunca fue una prioridad puertas adentro, pero que el Gobierno de la Ciudad hizo todo lo posible para que se concretara.

    “El proyecto está vivo, es emblemático para la ciudad y el país, pero hay permisos que se vencieron, importar las ruedas no está fácil, aunque seguimos trabajando”, confiaron fuentes ligadas a la empresa. “Estamos analizando cuáles son los pasos a seguir”, sostuvieron en pocas palabras, después de una reunión que se realizó esta semana para definir de qué forma continuar.

    Algunas de las excusas que esgrimen son las ligadas al impacto ambiental, pero fuentes de la Agencia de Protección Ambiental (APRA) de la ciudad de Buenos Aires contaron que los estudios presentados fueron aprobados. Tampoco hay obstáculos en la Agencia Gubernamental de Control (AGC), el área de Gobierno que se ocupa de monitorear las obras una vez comenzadas.

    También ocurre que la crisis económica por la que atraviesa el país desde el inicio de la pandemia es una dificultad importante y hubo otras prioridades como lo fue la construcción del Paseo del Bajo, algo que dejó stand by el proyecto de la gran rueda.

    El diseño y la construcción de la rueda, de 488 toneladas, estaba a cargo de la compañía Golden Horse, de origen chino y especializada en este tipo de atracciones. Se había proyectado que la estructura fuera soportada por ocho columnas de acero construidas con caños de acero y con un largo de 47 metros cada una. La rueda debía ensamblarse en la Argentina donde sus partes iban a llegar en 120 contenedores.

    El funcionamiento iba a ser con un sistema de masa central con rayos, formados por tensores de acero, que la iban vincular con el aro exterior rígido donde iban a ir montadas las cabinas. Algunos diseños similares, además del London Eye, son las atracciones Pacific Wheel (Santa Mónica, Estados Unidos), High Roller (Las Vegas, Estados Unidos), Singapore Flyer (Singapur), y Great Wheel (Seattle, Estados Unidos).

    Las próximas semanas podrían determinar si la concreción del proyecto es viable o no, aunque en este año electoral, los políticos y gobernantes están muy ocupados en girar otro tipo de rueda, esa especie de ruleta que definirá quiénes serán los candidatos a ocupar el sillón de Rivadavia y otros deseados cargos de funcionarios a los que la mayoría quieren acceder "cueste lo que cueste".


    Susana Espósito - Publicada el Martes 07/03/23 - 4505 caracteres