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    Restauración y puesta en valor del Palacio Haedo

    El Palacio Haedo, delimitado por Avenida Santa Fé, Maipú y Marcelo T de Alvear, en el barrio de Retiro, es la más antigua residencia palaciega en la privilegiada zona que rodea la Plaza San Martín y después de varios años de sufrir un importante deterioro, comenzaron las obras de restauración y puesta en valor.

    Palacio HaedoFue proyectado por los arquitectos Passeron y Brizuela e inaugurado en 1880. Responde al estilo neogótico francés y conserva en su interior el ascensor Otis más antiguo de la ciudad. Allí funciona la Administración de Parques Nacionales.

    Había sido construido para la familia Haedo, posteriormente pasó a manos de la familia Villar y luego lo ocupó la Administración de Parques Nacionales, a quien pertenece actualmente.

    Cuando finalicen las obras, quedará destinado a convertirse en un gran centro de interpretación: no sólo sobre la historia y el origen del organismo, sino sobre la actualidad de los parques e información relacionada. Ubicado en una zona muy visitada por turistas de todo el país y el mundo, será también un hito clave para la difusión.

    Una investigación realizada por el arquitecto Alejandro Boccacci, de la APN, ubica entre 1862 y 1865 la construcción de una casa baja con varios ambientes y patio central, que ocupaba todo el solar. Allí vivieron los Haedo y la habitaron hasta 1880, cuando la vendieron a Reynaldo Villar, un hacendado entrerriano y fue él quien decidió ampliar la construcción, que encomendó a los citados arquitectos, quienes transformaron la casona de los Haedo, sumando dos niveles, incorporando una mansarda y agregando una cúpula octogonal, en la esquina de Marcelo T de Alvear y Santa fe; una torre cónica en la esquina de Santa Fe y Maipú y otra tercera cúpula sobre Marcelo T de Alvear y Maipú.

    Las obras están siendo ejecutadas por la Secretaría de Obras Públicas (Ministerio de Obras Públicas de la Nación). Involucra todo el edificio y no debería estar afectada por un posible cambio de gestión, porque se encuentra "administrativa y técnicamente correcta" para continuar, según confirmaron desde la Secretaría. El plazo de obra es de 18 meses, debería entregarse en junio de 2024 (arrancó en febrero). El costo es de 580 millones de pesos.

    "Esta restauración comprende distintas capas históricas. Fachada y cubiertas se van a restaurar al 100%. En cambio, en los interiores hay diferentes situaciones. Por un lado se van a conservar los espacios nobles, como el hall de ingreso, ascensores históricos, vitrales, escaleras y el primer piso; pero por otro lado, como en los pisos superiores se han hecho modificaciones muy importantes a lo largo de estas décadas, se dispondrá que estos espacios más híbridos sean destinados a los usos específicos del centro de interpretación", explicó la arquitecta Mariana Quiroga, especialista en patrimonio y directora de ejecución de proyectos en la Secretaría.

    Se recuperarán los pisos de madera originales, cerramientos -se están haciendo los cateos para dar con el color original-, los cielo rasos y las molduras, vitrales, un patio interno que hoy se encuentra cegado pero que tuvo como fin iluminar hacia el interior de la vivienda; además se volverá la mansarda a su aspecto original. "Vamos a cerrar ventanas que se abrieron en años posteriores a la construcción del palacio. Ya se compró un stock de pizarra negra, de España, para reponer en la mansarda", detalló la arquitecta Roxana Chapoñan, inspectora de obra del Area de Conservación del Patrimonio (Dirección Nacional de Gestión de Obras del ministerio).

    "La idea es reforzar la imagen del palacio hacia la fachada principal, la de ingreso, por Avenida Santa Fe. Entonces las pizarras originales se recolocarán en esta fachada y las nuevas, en el resto de la mansarda", explica Chapoñan. Sucede que originalmente las mansardas eran "ciegas", con muy pocas aberturas. Al haber sido transformado para usos administrativos, se abrieron grandes ventanales y las pizarras se perdieron. Este es el motivo por el que se debió comprar y hacer este movimiento de pizarras que explica Chapoñan.

    En el interior del palacio se montó un taller en el que se confeccionan las partes faltantes de la fachada. Un grupo de trabajadores realiza, con moldes, las barandas de los balcones y las molduras decorativas; muchas se desprendieron debido a la falta de mantenimiento.

    La fachada tiene dos tipos de simil piedra (el revestimiento clásico que se usaba en aquellos años), uno más fino que el otro. Se realizó un estudio para determinar su composición química y se detectó mica, por este motivo se ven piedritas que brillan. Depende como le dé la luz a la fachada, brillan más o menos. "Este revestimiento fue tapado por una pintura latex de color amarillo. Para quitárselo se hizo un trabajo con hidrolavado y aspersores", explicó Chapoñan.

    Si bien la original residencia de los Haedo se convirtió en el palacio de la familia Villar, tanto en el Ministerio de Obras Públicas de la Nación como para sus actuales dueños, la Administración de Parques Nacionales, se lo sigue llamando Palacio Haedo y así consta en toda la documentación, pero, en la Guía de Monumentos Históricos Nacionales -que elaboró la Comisión con todos los Monumentos Históricos del país, y que se puede consultar online- identifica al palacio como "Antigua Residencia Villar".


    Susana Espósito - Publicada el Lunes 12/06/23 - 5341 caracteres