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¿Y después hablan de igualdad y equidad?

Hace pocos días, en algunos programas periodísticos de televisión se difundieron los exhorbitantes sueldos que ganan empleados de ANSES y por supuesto, también se sabe lo que ganan quienes "trabajan en el Congreso". Ni qué hablar de las jubilaciones que ganan quienes aportaron toda su vida comparadas con lo que gana la señora vicepresidente de la Nación...

Lo cierto es que estos indignantes datos contrastan, por ejemplo, con lo que cobra el personal de salud: médicos y enfermeros. Sus sueldos son tan magros que es imposible llegar a fin de mes y por eso, son muchos los que han decidido dedicarse a otra cosa, para sumar algo más de dinero a su presupuesto y otros, directamente, se están yendo del país en busca de mejores oportunidades, donde se les reconozca el esfuerzo de haber estudiado tantos años, para dedicarse a salvar vidas.

En los últimos años encontramos ingenieros manejando un taxi, abogados o médicos haciendo delivery y surge la pregunta: ¿es justo? Probablemente, recordando lo que alguna vez expresó nuestro presidente, el mérito no sirve para nada, no importa...

También dijo que la gente vive cada vez más, que la medicina les prolonga la vida y entonces, los adultos mayores son un gasto para el Estado.

¿Será como una represalia para los médicos el sueldo miserable que se les paga, será que los castigan por prolongar y salvar vidas? ¿Sabrá el señor presidente que él también ya está mayorcito? Probablemente, lo que menos quiera es morir, para no generar gasto y desea vivir y muy bien.

Resultan obscenos los sueldos que cobran ellos y el reparto de planes y subsidios que canjean por votos.

De acuerdo a la publicación de un importante periódico, un cirujano cardiovascular pediátrico de 47 años, que invirtió más de una década en su formación, hace trasplantes capilares por la tarde para sumar al salario del hospital. Una colega, de 37 años, de un centro de referencia nacional, optó por un emprendimiento privado con una dermatóloga que duplica sus ganancias. Hay licenciados en enfermería trabajando como conductores en una app para poder sostener con el trabajo de su esposa un ingreso de clase media.

El sistema de salud se está deteriorando de semejante forma que expulsa a los profesionales para que salgan en busca de nuevos horizontes y perjudica a los ciudadanos que incluso teniendo prepagas, carece de la atención adecuada para ciertas urgencias. Los turnos cada vez son más a largo plazo, las guardias son atendidas por jóvenes médicos, recién recibidos, que no siempre dan en la tecla con el diagnóstico, por su inexperiencia y el perjudicado es el paciente.

Con unas 90 horas de trabajo semanal y 10 de docencia, el ingreso mensual no alcanza el equivalente a US$1000. “Con tres trabajos, un médico no llega a lo que gana una persona que lava copas en otro país. Es indignante. No importa cuántos años de carrera y posgrados o maestrías se tengan. Y esto no es exclusivo de una especialidad: es lo mismo para los médicos, los enfermeros y todas las disciplinas en salud”, sostiene en una nota publicada por la Nación, Daniela Olmos Kutscherauer, médica intensivista en la ciudad de Córdoba, que tiene tres empleos, como el promedio de sus colegas en el resto del país.

Susana Espósito - Publicada el Jueves 18/05/23 - 3252 caracteres