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¿Cuál es el límite entre arte y chabacanería?

El pasado sábado a la tarde, en los Jardines del Museo Isaac Fernández Blanco, se presentó una performance que forma parte de las actividades programadas por el Ministerio de Cultura (o de Incultura y Chabacanería). Vergonzoso!!!

Como ocurre cada fin de semana, los Museos de la ciudad son una excelente opción para disfrutar en familia e incluso acercar a los niños a las distintas expresiones del arte, pero lamentablemente, en el maravilloso Museo Isaac Fernández Blanco, que cuenta con un patrimonio fabuloso, el sábado pasado se presentó (sin consultar con la curaduría de la Institución) una performance asquerosa, que sorprendió a los visitantes, sobre todo a los que fueron con chicos.

El grupo Ópera Periférica presentó “Sirenas en jardines electrónicos”, que forma parte de su serie “Barroco Furioso”, al aire libre con entrada libre gratuita.

No hubiera pasado de ser una actividad del menú cultural de la Ciudad, si no fuera porque el espectáculo, filmado y subido a las redes sociales, consistió en un cantante y otros dos “artistas” semidesnudos meneándose en el pasto de los jardines y entonando letras cuyo lenguaje iba de lo vulgar al porno soft. Más que meneándose, era como teniendo sexo contra el césped del jardín, mientras un joven, vestido de manera ridícula, con sleep y una pollerita encima, hablaba y cantaba mirando al público que lo observaba estupefacto.

La canción, según se vio y escuchó en redes, decía en un fragmento: “Qué importa la pobreza cuando tenés la p... bien dura… Qué importa la pobreza cuando tenés la cola hambrienta…. Qué importa… cuando salís enloquecida a buscar por las calles, por los rincones, ese poco de amor furioso que te aturde y te hace olvidar un rato de la pobreza”. Y en ese tono musical aumentaba el estupor de los presentes.

Está muy claro que la gente se indignó ante esta situación, que los sorprendió y muchos se preguntaban: ¿Esto coincide con los valores del Fernández Blanco, agrega valor o los pone en debate? Demás está decir que en el Museo nunca se vio algo así.

La Asociación Amigos del Museo –que hace grandes esfuerzos recaudatorios para la preservación del acervo y del estado de esa institución– envió un comunicado que dice: “Ante la insistente demanda de información por parte de nuestros socios, amigos y vecinos creemos oportuno aclarar que la Asociación de Amigos del Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco no ha tenido participación alguna en la organización de la actividad denominada 'Barroco Furioso' y que la misma ha sido parte de una convocatoria de la Dirección General de Patrimonio, Museos y Casco Histórico del Ministerio de Cultura porteño, denominada #sontusmuseos”.

El texto agrega, por si hiciera falta, que “los espectáculos seleccionados fueron programados por la Dirección General de Patrimonio, Museos y Casco Histórico en los distintos museos de la Ciudad, desconociendo nuestra entidad los criterios de selección de las propuestas, sus contenidos, oportunidad y lugar de programación para los mismos. Asimismo queremos hacer saber que lo allí expresado no coincide con los valores y criterios de la Asociación”.

Varios medios intentaron hablar con el director del Museo, pero no fue posible y realmente, sin embargo, si bien no es responsabilidad del Museo, sus autoridades deberían estar al tanto de lo que se va a mostrar y poner en conocimiento del público, antes de ingresar, que el "espectáculo" no es conveniente para que vean los niños, advirtiendo además que también los adultos pueden llegar a sorprenderse y no agradarles lo que van a ver.

Los consultados agregaron que “desde la Dirección de Museos de la Ciudad, que está en área de la secretaria Viviana Cantoni, se decidió unificar el modo en que los museos deben ser comunicados a la ciudadanía. Un equipo se reúne con los equipos de cada institución y les transmite que los museos tienen que ser más light, más divertidos. La programación es siempre en los espacios al aire libre de las instituciones. Pasa tanto en el Fernández Blanco como en los demás dependientes del ministro Avogadro. Lo curioso es que no se someten a consideración de los directores o de los equipos curatoriales o educativos los contenidos que vienen programados de otra área”.

Es insólito que después pongan un horario de protección al menor en la programación televisiva, algo que tampoco se cumple porque usan lenguaje inapropiado todo el tiempo e incluso pasan imágenes que no deberían ver los niños y luego hagan algo así en un museo, al que se asiste también con niños. No se trata de tener una programación light, se puede tener una programación profunda y que deje un mensaje positivo, dado de manera adecuada y sin caer en lo grotesco y vulgar, carente de educación y respeto.

Después del revuelo ocasionado por este espectáculo fuentes oficiales informaron: "Tomando conocimiento y reconociendo la gravedad de lo sucedido, comunicamos que Victoria Otero, Gerente de Museos de la ciudad y responsable de esta programación, ha decidido dar un paso al costado en sus funciones", señaló en un comunicado el Ministerio de Cultura porteño.

Susana Espósito - Publicada el Domingo 02/04/23 - 5137 caracteres