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Nuevas medidas económicas y otro polémico impuesto

El lunes 18 de abril, desde el Salón Blanco de la Casa Rosada, el ministro de economía, Martín Guzmán, junto al presidente de la Nación, Alberto Fernández comunicó un conjunto de medidas económicas que han generado un gran malestar.

Guzmán arrancó su discurso diciendo: "Estamos anunciando un conjunto de medidas que en el contexto de la recuperación económica que viene viviendo la Argentina y de circunstancias excepcionales en el contexto internacional buscan preservar el poder adquisitivo de los ingresos y garantizar un rumbo de equidad económica y social".

¿En serio cree que apunta a la equidad económica y social? ¿Es equidad que unos pocos paguen impuestos exhorbitantes y otros perciban bonos, subsidios y planes, sin trabajar? ¿Es equitativo que una vocera presidencial cobre $550.000 y un médico cobre menos de $100.000 o que los jubilados que, en muchos casos, aportaron más de 30 años cobren una jubilación mínima que no les alcanza ni para llegar a mitad del mes y la vicepresidenta cobre más de $ 3 millones?

Se anunció el lanzamiento de un bono de $ 18.000 para trabajadores sin ingresos formales, monotributistas y trabajadoras de casas particulares, que se abonará en dos cuotas, y de $ 12.000 para jubilados que cobren hasta dos haberes mínimos.

Los fondos saldrán de una "alícuota" que se le cobrará a empresas que, como definió Guzmán, lograron "una renta inesperada" en el contexto bélico...

Varios tributaristas afirmaron que será declarado inconstitucional y creen que es una señal más política que económica. Entre ellos, Diego Fraga, abogado experto en derecho tributario manifestó que “Este Gobierno ha utilizado cualquier excusa para aumentar la presión fiscal y poder seguir gastando sin límites" y agregó: “El contexto actual de agobio impositivo es mucho más pesado y no se debería contemplar la creación de un nuevo impuesto”.

Lo cierto es que este tipo de medidas que, según intentan hacernos creer, tienen como objetivo conseguir "equidad", son políticas que excluyen a millones de personas y las condenan a la marginación, la falta de trabajo y oportunidades o al hambre, la mendicidad y el delito. El ser humano, librado a su propia suerte, es limitado con restricciones que lo llevan a extralimitarse en busca de una compensación al abandono y el caos.

Y es insoportable seguir escuchando cómo siempre la culpa es de la gestión anterior y nadie se hace cargo de los grosos errores del actual gobierno, porque entre ellos mismos se echan culpas, se lavan las manos y los ciudadanos somos sus rehenes.

Y cuando el ciudadano, desde su indefensión, sus elecciones erróneas y su rebeldía grita y exige lo elemental –libertad, educación, salud, comida diaria y proyección de futuro– parece que el gobierno retrucara diciendo: "Pero ustedes, ¿qué quieren? ¿La chancha, los veinte y la máquina de hacer chorizos?" y nuestra respuesta debe ser: "Siii, porque para eso trabajamos y pagamos impuestos y no es un detalle menor que entiendan que quienes los votaron, lo hicieron creyendo sus mentiras hoy descubiertas: "Vamos a poner al país de pie", cuando vemos que están haciendo todo lo contrario, cada vez está más hundido en un pantano del que no tienen idea cómo salir.

El barco se está hundiendo y ya son muchos los que huyeron antes de que sea demasiado tarde. Gran cantidad de argentinos emigraron y siguen haciéndolo, a otros países, en busca de nuevas oportunidades y dispuestos a comenzar de cero para tener una vida mejor, más digna.

Susana Espósito - Publicada el Miércoles 20/04/22 - 3514 caracteres