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Avances en las obras del bajo autopista Illia

Avanzan las obras en el bajo autopista de la Villa 31, en el barrio de Retiro, para transformarlo en un espacio público. El lugar estuvo habitado por varias familias que fueron reubicadas en viviendas nuevas, construidas para brindarles un lugar digno.

Sin embargo, aunque varias familias dejaron ese lugar insalubre y aquellas viviendas fueron demolidas para transformar el espacio en un lugar público, todavía quedan algunas familias que se resisten al cambio y se niegan a abandonar sus precarias viviendas.

En julio de 2019, la Ciudad comenzó un proceso de reubicación de las 1.200 familias de la ex Villa 31 y las viviendas fueron demolidas. Eran casas muy precarias y construidas de manera tal que se veían como un cúmulo de viviendas donde no ingresaba ni un rayo de sol ni viento, lo que convertía a ese lugar en insalubre.

Si bien quedan familias que se niegan a mudarse, hay una ley de urbanización que indica que deberán hacerlo.

Según datos de la Unidad de Proyectos Especiales (UPE Urbanización Barrio Padre Carlos Mugica), prácticamente todas las familias se mudaron y están viviendo en los nuevos departamentos, ubicados junto al Ministerio de Educación porteño.

Las familias que no quieren mudarse argumentan que allí han vivido más de 20 años e incluso es donde tienen su trabajo, ya que la mayoría han instalado en su vivienda algún local que funciona como kiosco, verdulería, arreglo de calzado y otros rubros que les generan sus ingresos.

Por esa razón, se ofreció poder trasladarse a las nuevas viviendas con algún local comercial integrado a la planta baja de los edificios que habitarán y de hecho, ya hay 111 familias en viviendas con local y 75 de ellas ya están trabajando, con sus locales abiertos, explicaron desde la UPE, un organismo que depende del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat porteño.

Según el relevamiento llevado a cabo por la Ciudad en estos años, hay 227 actividades comerciales en funcionamiento en el barrio.

Lo cierto es que también otros habitantes de la villa, viven de los alquileres que les generan habitaciones construidas para tal fin y por eso no quieren abandonar el espacio.

Mientras tanto, bajo la Illia se lleva a cabo una obra de construcción de instalaciones para la comunidad. Según la UPE, se encuentra en un 43% de avance. Ya se puede ver un patio de juegos infantiles, una posta aeróbica, canteros y las bases de lo que será una biblioteca. Como cualquier otro espacio público de la Ciudad, su uso será un desafío para todo el barrio.

Pero no todo es color de rosa, algunos vecinos han manifestado preocupación porque en la plaza ya hay ocupas que se asentaron con colchones y carritos. Son cartoneros y de acuerdo a lo que comentó una vecina, prometieron que se irán cuando les resuelvan su situación habitacional y también prometieron que no van a hacer fogatas, pero ahora llegan los primeros fríos y habrá que ver si cumplirán lo prometido.

Susana Espósito - Publicada el Martes 29/03/22 - 2952 caracteres