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"Funcionarios que no funcionan", tal cual lo dijo CristinaLa Constitución de la Nación Argentina, que rige actualmente a la República Argentina, fue aprobada el 1° de mayo de 1853, por una asamblea constituyente integrada por representantes de trece provincias, en la ciudad de Santa Fe y la última reforma se hizo en 1994. Nuestra Constitución establece que el Congreso de la Nación está integrado por dos Cámaras: una de diputados de la Nación y otra de senadores de las provincias y de la ciudad de Buenos Aires. Deben citarse como "Honorable Cámara de Diputados" y "Honorable Cámara de Senadores". Honorable viene del latín, honos, de honrado y era un premio con que el antiguo pueblo romano distinguía a alguien decente. Lo premiaban con un cargo público por su distinguida trayectoria, lo cual no significaba de ninguna manera que era ad honorem, es decir, solo por el honor y no remunerativo. Lo triste es que en nuestro Congreso, de honorables no tienen nada. Ninguno trabaja ad honorem, cobran suculentas dietas y, en su mayoría, tampoco tienen honor. Piensan solo en sus intereses y están lejos de representar y defender los derechos del ciudadano. El artículo 45 de nuestra Constitución dice que: La Cámara de Diputados se compondrá de representantes elegidos directamente por el pueblo de las provincias, de la ciudad de Buenos Aires y de la Capital en caso de traslado, que se consideran a este fin como distritos electorales de un solo Estado y a simple pluralidad de sufragios. El número de representantes será de uno por cada treinta y tres mil habitantes o fracción que no baje de dieciséis mil quinientos. Después de la realización de cada censo, el Congreso fijará la representación con arreglo al mismo, pudiendo aumentar pero no disminuir la base expresada para cada diputado. El artículo 48 establece que para ser diputado se requiere haber cumplido la edad de veinticinco años, tener cuatro años de ciudadanía en ejercicio y ser natural de la provincia que lo elija, o con dos años de residencia inmediata en ella. Art. 54.- El Senado se compondrá de tres senadores por cada provincia y tres por la ciudad de Buenos Aires, elegidos en forma directa y conjunta, correspondiendo dos bancas al partido político que obtenga el mayor número de votos y la restante al partido político que le siga en número de votos. Cada senador tendrá un voto. Art. 55.- Son requisitos para ser elegidos senador: tener la edad de treinta años, haber sido seis años ciudadano de la Nación, disfrutar de una renta anual de dos mil pesos fuertes o de una entrada equivalente y ser natural de la provincia que lo elija o con dos años de residencia inmediata en ella. Sin embargo, teniendo en cuenta la responsabilidad que diputados y senadores deben asumir, lo que no se tiene en cuenta es el requisito de tener los estudios y la capacitación necesaria para poder desempeñar tan importantes cargos con idoneidad. Todos sabemos y así se vio más de una vez en las sesiones, que a la hora de votar una ley, varios levantan la mano sin saber qué es lo que están votando. Hay legisladores durmiendo, charlando, mirando el celular, jugando tetris, besando los pechos de su amante, mirando un instructivo de cómo preparar un flan, trabándose al leer porque no saben hacerlo y diciendo estupideces, como ocurrió esta semana con la senadora tucumana, Sandra Mendoza que, queriendo hacer alarde de conocimientos que no tiene, citó "la espada de Dómacle" en lugar de la espada de Damocles, además de comerse todas las eses... Es bochornoso que funcionarios del gobierno nos hagan sentir avergonzados por asumir sus cargos sin estar preparados para ejercerlos y sin tener pudor de las barbaridades que dicen. Hay algo que se denomina "DIGNIDAD" y que en el gobierno ignoran, de lo contrario no tendríamos una presidencia doble comando, un presidente que dice y desdice continuamente, que tiene temor a su vicepresidenta, que hace papelones haciéndose el arquero en la playa o asistiendo a una clase de aquagym, mientras el país está en llamas y prometiendo lo que después no cumplirá. Tampoco el gobernador de la provincia de Buenos Aires está a la altura de su cargo. Podemos recordar algunos de sus dichos: "pongamos cara de coronavirus", "no pudió", "la riqueza se derrama de abajo para arriba" y otras tantas barbaridades que "no pudió" evitar por ignorante. El diputado Máximo Kirchner, cuando pidió un minuto de silencio por las familias de los muertos por Covid, sin el menor respeto y sonriente... También el intendente de José C Paz, Mario Yshii, pidió un minuto de silencio por los caídos en Croacia, en lugar de Ucrania, país invadido por los rusos. La lista de bárbaros y sus barbaridades es extensa: la diputada Victoria Tolosa Paz, hablando de "garche"; la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, que afirmó que la violación grupal a una joven en el barrio porteño de Palermo “no se trata de un hecho aislado” y dijo que los responsables, los seis jóvenes detenidos, “no son monstruos, son varones socializados en esta sociedad” (seguramente no pensaría lo mismo si violaran a una hija, sobrina, hermana de ella). Por su parte, la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, siempre tan preocupada por hacer uso del lenguaje "inclusivo", pero la pifió diciendo: "Vamos a defender los derechos y las derechas". ¿Es para reírse o para llorar? Finalmente, esta última semana, quien dio que hablar fue el Canciller, Santiago Cafiero, que pretende ser la imagen de Argentina en el mundo y nos avergonzó con su total ignorancia de protocolo y ceremonial y su falta de preparación para el cargo, intentando hablar en Inglés en Dubai, ante un público que lo miraba atónito, como preguntándose: ¿qué dice este hombre? En imágenes televisivas se ve a una mujer tentada de risa por hablar Inglés tan mal y al recibir las críticas que generó su grotesco desempeño, Cafiero insultó al periodista Jorge Lanata, diciendo que es "dickhead".
Algo parecido ocurrió con Victoria Donda, cuando habló (mejor dicho leyó) para 4 o 5 personas en la sede de la ONU en Ginebra, mezclando palabras en español e Inglés, desconcertando a la intérprete del lenguaje de señas que no pudo seguirla porque era imposible entender lo que estaba diciendo. Para ser elegido diputado o senador, se requiere ser ciudadano en ejercicio, no haber sido condenado a pena privativa de la libertad, con excepción de los delitos políticos o culposos y haber residido en la respectiva circunscripción electoral durante el año inmediatamente anterior a la fecha de la elección. Deberían exigirse estudios, idioma e idoneidad comprobable para ejercer cargos tan importantes que les permiten, entre otras cosas, crear leyes para que cumpla la sociedad, cuando ellos son los primeros que no cumplen con el rol para el que fueron elegidos. Se predica con el ejemplo... Como alguna vez dijo Cristina: "Funcionarios que no funcionan". Una falta de respeto hacia quienes los votamos y una vergüenza ante el mundo que nos mira. Susana Espósito - Publicada el Martes 22/03/22 - 6983 caracteres |