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Restauran un emblemático edificioEl edificio Otto Wulff está situado en la esquina de avenida Belgrano y Perú, proyectado por el arquitecto Morten F. Rönnow, fue construído por la empresa Dirks y Dates, por encargo del empresario Otto Wulff en sociedad con el naviero Nicolás Mihanovich. Se inauguró en 1914 y ya tiene 108 años. El paso del tiempo requería una restauración y puesta en valor que ya ha comenzado. El edificio también es conocido como la "Casa de la Virreina Vieja", por Rafaela de Vera y Mujica, la segunda esposa del virrey Joaquín del Pino, octavo virrey del Río de la Plata, que había tenido allí su casa, en 1782. Una de las hijas de Del Pino, llamada Juana, se casó con Bernardino Rivadavia y hay historiadores que aseguran que habitaron esa morada, aunque no hay bases concretas. Lo cierto es que, ante la muerte de Rafaela, en 1816, la casona volvió a la familia Medrano y se transformó en residencia obispal, pues vivió allí el prelado Mariano Medrano. Posteriormente, la casa tuvo otros dueños y en 1910 fue demolida para la construcción del gran edificio que desde entonces ocupa esta esquina. Se trata de un edificio de 60 metros de altura, que al momento de su construcción era uno de los más altos de Buenos Aires. Está rematado por dos bellas torres coronadas por cúpulas. A partir del séptimo piso, cada una con un depósito de agua disponible en caso de incendio, hechas -como los atlantes- en hormigón armado, que rematan en dos altas agujas. Como una lleva el sol en su extremo y la otra una corona, se conjeturó que representaban al emperador Francisco José y a su esposa, Isabel de Wittelsbach-Wittelsbach, conocida como Sissí que muriera en 1898 y, asimismo, a la alianza imperial entre Austria y Hungría. En su fachada se destacan figuras humanas de 5 metros de altura que parecen sostener, desde el segundo piso, el resto de la edificación. Las ocho figuras que rodean el edificio representan a los trabajadores que participaron en la construcción: un albañil, un carpintero, un electricista, un herrero, un pintor, un forjador, un escultor y un aparejador. Asimismo, en su fachada se observan imágenes del primer emperador chino de la dinastía Yuan, búhos, ojos de Horus, pingüinos, cóndores, sapos, mulitas, cobras, víboras, bebés gateando, yaguaretés, abejas y panales, libélulas. Entre todas esas figuras hay más de 680 ojos en toda su fachada, que parecen estar observándonos. Quienes pasen por allí verán que se ha colocado el andamiaje para poner manos a la obra y dar inicio a la recuperación de este magnífico edificio. Se le devolverá el color original a su fachada, se repararán las figuras que así lo requieran y se repondrán faltantes. El color original es un tono más claro, que se conoce como "simil piedra", el mismo que se ve en la mayoría de los edificios construidos entre fines del siglo XIX y principios del XX. El consorcio del edificio Otto Wulff gestionó durante años la intervención del Estado en esta obra que será monumental. Los trabajos serán coordinados por la Subsecretaría de Paisaje Urbano del Ministerio de Espacio Público porteño; y HIT la ejecutará. Entre otros trabajos, esta empresa restauró el Palacio Grimoldi, un edificio del arquitecto Virginio Colombo, ubicado en Balvanera. Se estima que los trabajos a realizar demandarán un año. En paralelo, el consorcio realizará una obra de mantenimiento y restauración en las cúpulas. Son dos y también impacta su factura: aunque son iguales, las agujas poseen figuras diferentes. Una termina con una corona, y otra, con un sol. Ambas cúpulas son de cobre; se ven verdes debido a la oxidación natural de este material. Se forma una pátina que incluso protege la terminación. La recuperación de las cúpulas se llevará a cabo con el aporte del Mecenazgo, un programa de financiamiento del Ministerio de Cultura porteño, para el cual se postuló el consorcio. Susana Espósito - Publicada el Jueves 07/04/22 - 3867 caracteres |