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Reapertura del local de la ex Confitería RichmondLa ex confitería Richmond ubicada en Florida 468, entre Lavalle y avenida Corrientes había sido proyectada por el arquitecto belga, Jules Dormal e inaugurada en 1917. Su salón fue uno de los preferidos de la alta sociedad porteña que solían ocupar sus mesas a la hora del té y también se servían deliciosos copetines. En los años 20 fue el lugar de encuentro de los escritores más relevantes, como Jorge Luis Borges, Leopoldo Marechal, Victoria Ocampo y Oliverio Girondo, integrantes del Grupo de Florida y en las décadas del 60 y 70 era la parada obligada de quienes salían del cine y del teatro. También se ha destacado por su menú, o carta, con recetas exclusivas como la torta Richmond, el sándwich Richmond (preparado con blanco de pavita, lomo ahumado, queso gruyer, rodajas de tomate y hojas de lechuga), o la ensalada Richmond (preparada con camarones, rodajas de manzana, huevo duro en rodajas, apio, palmitos y la sazón con salsa golf). Sirvió de escenario para algunos pasajes de la película "La historia oficial", de Luis Puenzo, protagonizada por Norma Alejandro y Héctor Alterio, ganadora del Oscar en 1986 a la mejor película extranjera. La confitería se desarrollaba en una superficie cubierta de 1500 m² distribuidos entre el salón principal, el comedor y el área de billares y ajedrez. La fachada responde al estilo academicista, con pilastras que rematan en arcos de medio punto, totalmente vidriada y ligeramente retirada de la línea de edificación, tiene una marquesina sobre la que lucían varios mástiles con banderas de diferentes países. Su decoración de inspiración inglesa se reflejaba en la boiserie de roble de Eslavonia que recubría el perímetro del salón y diez columnas de sección circular revestidas hasta el metro de altura con una lámina de bronce, con paños de madera y espejos en forma alternada. El amoblado de sillas y sillones Chesterfield tapizados en cuero bordeaux ubicados alrededor de las mesitas Thonet era iluminado por sus arañas de bronce y opalinas neerlandesas que colgaban del techo casetonado, jerarquizaban el salón. En su tradicional subsuelo, donde predominaban el billar, el pool, el ajedrez, el backgamond y el 5 quilles, era habitual encontrar grandes maestros de los mismos. También se realizaban torneos y se daban cursos de billar sin cargo. La Richmond había cerrado sus puertas en 2011, a pesar del pedido de sus empleados, clientes, vecinos y legisladores que intercedieron para salvarla, pero los dueños aseguraron que la continuidad era insostenible y no había posibilidad de mantenerla. Un fondo de inversión adquirió el lugar por 9 millones de dólares. El local estuvo tres años cerrado hasta que, en 2014, abrió una sucursal de la tienda de deportes Just for Sport, que debió cerrar en 2019, debido a la pandemia. Ahora, el local está en obras para reabrir sus puertas pero no será como la antigua Confitería Richmond sino como una tienda de indumentaria. Aunque la confitería había sido declarada "Sitio Histórico" y formaba parte del circuito de "Bares Notables", no pudo evitarse el cierre y cambio de rubro. De acuerdo a una serie de acuerdos a los que se llegó con el Ministerio de Cultura porteño, en el lugar se tenía que mantener la venta de café. Por eso se dejaron una parte de la barra y algunas sillas y mesas y se colocaron máquinas de cápsulas. Pero nadie volvió a tomar café y el mobiliario histórico fue removido. Susana Espósito - Publicada el Viernes 16/09/22 - 3442 caracteres |