Agonizante situación de Colonia Sola, el barrio inglés de la ciudad
La historia de la Colonia Sola, situada en avenida Australia al 2700, comenzó en 1889. Por ese entonces, la Compañía ferroviaria del Sur construyó el complejo, a un costado de la estación de cargas del ferrocarril, para dar alojamiento a su personal soltero o en tránsito.
La construcción de Colonia Sola fue impulsada por el banquero británico George Drabble, que había llegado al país para ejercer sus cargos de presidente del Banco de Londres y Río de la Plata, titular de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires y director del Ferrocarril del Sud, la línea que precedió a los actuales ramales del tren Roca.
Su arquitectura de estilo Inglés, con paredes de ladrillos a la vista, galerías, techos de tejas y unas grandes claraboyas dan forma a un conjunto centenario de viviendas que apenas sobrevive el paso del tiempo.
Los 71 departamentos de los edificios tienen entre 35 metros cuadrados y 70 los más grandes. Estos últimos, llegan a tener cuatro habitaciones, una enorme despensa concebida para almacenar comestibles y una cocina.
El problema fue cuando los trenes fueron reemplazados por camiones, la Colonia y su entorno se devaluaron.
En Colonia Sola viven trabajadores del ferrocarril, jubilados o hijos de aquellos. Agrupados en la Asociación Mutual Colonia Sola, los vecinos compraron el complejo al Ente Nacional de Administración de Bienes Ferroviarios (Enabief). En abril de 1999 firmaron el boleto de compra-venta. Para el trámite de la escritura se estableció el requisito de los baños que estaban en el exterior y eran compartidos.
En aquel momento se presentó en la Legislatura porteña el proyecto de mantenimiento del barrio, que fue sancionado como Ley 459 en 1997. Ese paso fue clave para que Colonia Sola sea recuperada y puesta en valor", explica Marcelino “Bivy” Molina, empleado ferroviario y habitante de Colonia Sola desde 1968, pero siguen esperando, ya que solo fueron apuntalados con vigas los sectores más deteriorados.
La situación actual es de gran deterioro de las viviendas y habitarlas es un riesgo importante para sus 250 moradores.
Quienes viven allí tienen sus boletos de compraventa y escrituras y no quieren abandonar sus hogares, a pesar del grave deterioro que tienen esas viviendas y por eso piden al Gobierno de la Ciudad que junto con el Instituto de la Vivienda se sienten a diseñar un plan de mantenimiento y mejora que les permita seguir viviendo allí, en lo que ellos nombran como "su lugar en el mundo".
Según considera Lucas Yáñez, miembro de la Junta de Estudios Históricos de Barracas, es fundamental preservar y respetar a quienes habitan Colonia Sola y darles las herramientas para mejorar sus condiciones de vida, "no sea cosa que en un futuro no tan lejano hayamos perdido, una vez más, un pedazo de nuestra historia".
Susana Espósito - Publicada el Miércoles 26/10/22 - 2837 caracteres
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