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Aniversario del natalicio de Benito Quinquela MartínEl martes 1° de marzo se cumplen 132 años del natalicio de Benito Quinquela Martín, el querido y recordado pintor del barrio de La Boca. Benito había nacido en 1890 y fue abandonado por sus padres en la Casa Cuna, pasó sus primeros seis años de vida en un orfanato, hasta que fue adoptado por una familia humilde, dueña de una carbonería en Irala al 1500. Sus padres adoptivos fueron Manuel Chinchella y Justina Molina. Sus primeros dibujos fueron realizados con trocitos de carbón y luego, con gran sacrificio, sus padres lo enviaron a una escuela de dibujo. Abandonó sus estudios primarios cuando estaba cursando segundo grado, para trabajar y ayudar en la economía del hogar, descargando bolsas de carbón que llegaban en los barcos, por unos pocos pesos. Ingresó a una academia de su barrio donde realizó cursos de pintura y comenzó a hacer retratos para sus vecinos, hasta decidir dedicarse a pintar temas portuarios. Su primera obra fue un retrato de un señor en un café, lo pintó y lo cambió por un café con medialunas. Para realizar sus pinturas, no utilizaba pinceles, utilizaba una especie de cuchara a manera de espátula, que cargaba con grandes cantidades de óleo. Su temática siempre fue el puerto. También pintó numerosos murales y cerámicas de grandes dimensiones en edificios públicos, oficiales y en instituciones privadas. En 1938 inauguró el Museo de Bellas Artes de la Boca en el mismo edificio donde tenía su taller y su vivienda. Cuando comenzó a ganar dinero, compró para sus padres una casa en la calle Magallanes 885/89. El presidente Alvear le dio la oportunidad de exponer en el Jockey Club y le abrió las puertas de Europa, donde en cierta oportunidad, Mussolini quiso comprarle un cuadro y Quinquela rompió el cheque en blanco con el que pretendió pagarle. No quería vender sus pinturas. En su carrera hubo tres etapas: Gris, donde pintaba nieblas del riachuelo, tormentas en el río. Roja, que fue la mejor, pinturas enormes, reflejos característicos en el agua. Azul, donde sus pinturas eran más pequeñas y menos cantidad de pintura.
Donó al municipio su casa y terrenos linderos, donde hoy funciona el museo que lleva su nombre, una escuela primaria y el Teatro de la Ribera. Allí se construyó la escuela para 1.000 niños, un lactario inaugurado el 4 de octubre de 1947, donde las amas de leche dieron alimento a los niños abandonados o pobres, una escuela de artes gráficas para que se especializaran los niños del barrio y un instituto odontológico modelo, que él no tuvo, por lo que siempre padeció una dentadura muy mala y también un jardín de infantes. Todo lo que recibió lo dio, porque sin duda el ser feliz es dar sin esperar recibir, según decía el pintor. Quinquela murió en el 28 de Enero de 1977 y él mismo había pintado su féretro con motivos de barquitos de colores verdes, naranjas y celestes, porque él decía que si había vivido entre colores también quería morir con ellos. El ataud estuvo 18 años listo, en la cochería de Federico Cichero. Los restos de Quinquela descansan en el Cementerio de Chacarita. Susana Espósito - Publicada el Martes 01/03/22 - 3207 caracteres |