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Vivimos tiempos de restar valor al méritoEn septiembre de 2020, en oportunidad de estar el presidente en la provincia de San Juan para firmar convenios para realizar unas obras, dijo unas palabras y una parte de su discurso fue muy criticado. El dijo: “Lo que nos hace evolucionar o crecer no es verdad que sea el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años. El más tonto de los ricos tiene más posibilidades que el más inteligente de los pobres. Mientras eso no ocurra, no podemos estar tranquilos con nuestra conciencia. Ese tratamiento desigual nos pone en un mal lugar como sociedad. No es un buen sistema. Las mejores sociedades son las que, precisamente, a todos les dan la oportunidad de desarrollarse”. En su momento, salimos a caminar, manteniendo la distancia prudencial que impuso la pandemia y preguntamos a algunos porteños con los que nos cruzamos, qué opinaban al respecto y las respuestas, podían herir susceptibilidades, por eso no las publicamos oportunamente, pero hoy, viendo tantos hechos que vivimos a diario, quien escribe esta nota se pregunta: ¿No es meritorio el trabajo que hace el personal de salud, arriesgando su propia vida para salvar las nuestras? ¿No es meritorio el trabajo de los conductores de medios de transporte que trasladan al personal esencial para prestar sus servicios a la comunidad? ¿No es meritorio el trabajo de los bomberos que están desde hace quince días apagando un voraz incendio en el Bolsón, causado por irresponsables que hicieron un asadito y no apagaron las brasas? ¿No es meritorio lo que hizo María de los Angeles Lizarraga, una bombera de 38 años, en Santiago del Estero, apagando un incendio en el autódromo y cortando unos minutos para amamantar a su bebé para luego continuar sofocando las llamas? Si estas y otras tantas cuestiones no son meritorias, entonces debemos comenzar a cuestionarnos ciertas situaciones contrarias a las meritorias y que seguramente están afectando en forma negativa a nuestro país. A los efectos de preservar la privacidad de quienes gentilmente respondieron a nuestra consulta, no se revela la identidad de quienes expresaron su opinión sobre los dichos del señor presidente: "Si el tratamiento desigual nos pone en un mal lugar, tal vez, habrá que plantearse cuál es la causa de esa desigualdad"."Ni todos los ricos son tontos, ni todos los pobres son inteligentes, porque para llegar a rico no se puede ser tonto, en tal caso se es corrupto y tampoco todos los ricos son corruptos. Asimismo, quien es pobre, si además es inteligente, no puede perpetuarse en la pobreza, hay que buscar la manera de salir de ella y eso se hace estudiando y trabajando (la fórmula del progreso), no saliendo a robar o tomar tierras o bienes que no les pertenecen. "Desigualdad es también que unos pocos trabajen y paguen impuestos y muchos cobren subsidios por no hacer nada o perciban dádivas a cambio de algo..." "Si las mejores sociedades son las que dan a todos la misma oportunidad de desarrollarse, sería bueno que un gobierno que piensa así lo ponga en práctica y seguramente todos lo apoyaremos, sobre todo no regalando pescado sino enseñando a pescar, porque no es justo regalar el pescado que con tanto sacrificio los pescadores van a buscar al mar, para ganarse el pan de cada día, eso se llama dignidad y es lo que estaría faltando". "Es oportuno decir que la igualdad también es la que se supone aplica la justicia y hay claros ejemplos de que eso no ocurre, lo que es un bofetón para quien se ajusta a la ley y cumple sus obligaciones de buen ciudadano". Susana Espósito - Publicada el Lunes 08/02/21 - 3550 caracteres |