OPCIONES DEL MENU
Usted es el visitante |
Aniversario de la muerte de Leandro N. AlemEl jueves 1° de julio se cumplen 125 años de la muerte de Leandro N Alem, quien decidió quitarse la vida y aún hoy, son muchas las versiones sobre su suicidio. Se dice que había sufrido un desengaño amoroso, otros aseguran que fueron los desencantos políticos y la supuesta traición de su sobrino Hipólito Yrigoyen lo que lo llevó a la muerte. No faltan quienes afirman que padecía una enfermedad incurable y aquellos que hablan de su temperamento depresivo. Leandro N Alem había nacido en Buenos Aires, el 11 de marzo de 1842. Fue Doctor en jurisprudencia y se dedicó a la política. Participó en la Guerra de la Triple Alianza y además, fue diputado y senador nacional. En 1890 fundó la Unión Cívica, germen del radicalismo, y organizó en 1890 la denominada Revolución del Parque, contra Miguel Juárez Celman, que estalló el 26 de julio de 1890. Tras el acuerdo de Mitre con Roca, Alem se apartó de la Unión Cívica y fundó la Unión Cívica Radical. El 1° de julio de 1896, Alem citó a sus principales correligionarios a su casa. Era una tarde lluviosa y desapacible. Los hombres hablaron de política, contaron chismes jugosos y nada preanunciaba la tragedia. Alrededor de las nueve de la noche, Alem les dijo a sus amigos que salía para hacer un trámite y así lo hizo. Estaba vestido como siempre: ropa oscura, la galera algo caída sobre los ojos, el poncho de vicuña y el bastón. En el saco, como siempre, el revólver. Se lo veía algo agobiado, dijeron luego sus amigos. Era un hombre melancólico, como si estuviera dominado por una pena infinita, esa mirada que a veces se encendía como el fuego, pero era triste. En la calle lo esperaba un coche. Al cochero le ordenó que lo llevara al Club del Progreso. Fueron sus últimas palabras. No se sabe si el cochero era sordo o estaba distraído, pero lo cierto es que no escuchó el disparo fatal. El coche recorrió las calles Rodríguez Peña, Avenida de mayo, Chacabuco sin saber que llevaba a un muerto. Alem había decidido suicidarse. Parece que el sonido de los cascos del caballo contra los adoquines confundían los ruidos callejeros y por eso, el cochero no intuyó que fuese el sonido de un disparo. Cuando llegó al Club El Progreso, el cochero lo encontró muerto y en su mano derecha tenía un revólver. En ese momento, ingresaba al club uno de los socios e hizo llamar a la policía. Bajaron el cuerpo del carruaje y lo depositaron en una mesa situada en uno de los salones. Alguien le cubrió el rostro con el poncho de vicuña que vestía. Un juez de instrucción registró sus bolsillos en los que tenía dos paquetes para Martín Irigoyen y un papel en el que había escrito: "Perdónenme el mal rato, pero he querido que mi cadáver caiga en manos amigas y no en manos extrañas, en la calle o en cualquier otra parte", lo que indica que planeaba suicidarse en su casa. Tenía 54 años. Para la medianoche, los alrededores del Club del Progreso gran cantidad de gente se dio cita a pesar del frío y la llovizna. Fue velado en su casa y sepultado en el Cementerio de Recoleta. La mesa, donde habían depositado su cuerpo la trágica noche del 1 de julio de 1896, aún se conserva como un tesoro en el Club del Progreso. Susana Espósito - Publicada el Miércoles 30/06/21 - 3198 caracteres |