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Reabre el Bar notable "La Giralda"

El miércoles 25 de agosto reabrirá sus puertas al público el Bar Notable "La Giralda", situado en Avenida Corrientes 1453. Había permanecido cerrado durante dos años.

En medio de la apremiante situación gastronómica que provocó el cierre de tantos restaurantes y confiterías, la apertura de la Giralda es una luz de esperanza para quienes quieran volver a apostar y reabrir sus locales. Los porteños podrán deleitarse nuevamente con su exquisito chocolate con churros.

La Giralda había sido inaugurada en la década del 1930 y ahora, los primos Gabriel García y Nicolás Marques, que administran otro clásico, el bar La Ópera, en Callao y Corrientes, fueron quienes tomaron la decisión de reabrir el clásico bar notable. Pusieron manos a la obra para lograr el objetivo, restaurando y poniendo en valor el local, conservando su estilo original. Se trabajó en todo lo que estaba deteriorado, como azulejos rotos, pisos y otros detalles, para recibir a los clientes que encontrarán los pisos de mármol y granito, barra de madera con pasamanos de bronce que reemplazaron la de fórmica y un gran vitral con el motivo de la torre campanario andaluza que le da el nombre de Giralda.

Por supuesto que mantendrá la tradición de servir el clásico chocolate con churros que tanto deleita a porteños y turistas que visitan Buenos Aires y será el miércoles a las 7 cuando ya estarán los mozos listos, esperando para poder servirlo.

El arquitecto, Gustavo Cerrotti, del estudio Pereiro Cerrotti & Asociados es quien estuvo a cargo de las obras y un equipo integrado por Paula Espigares, Luis María Gianera y Pablo Schapira fueron quienes dieron vida al precioso vitraux Tiffany retroiluminado que corona la pared trasera del bar. Los baños fueron hechos a nuevo, después de un abandono de años. Hoy lucen paredes revestidas en mármol blanco, paneles similares a esa piedra y una cómoda pileta con grifo con cierre automático. Comodidad y limpieza básicas pero que sorprenden en la avenida Corrientes de la vieja guardia.

Para llegar a esos baños hay que seguir los letreros de estilo art déco, la misma escuela que se adivina en las luces, también nuevas. El cartel de neón de “Chocolate con churros” también es flamante, reproducción del viejo. Lo mismo ocurre con las sillas Thonet en haya y en caoba, y con las mesas con tapa de mármol blanco, como las que había antes.

“Intentamos posicionarnos en los orígenes del local, en los años treinta -explica Cerrotti-. Como muchas de las cosas originales no llegaron a nuestro tiempo y ni siquiera tenemos fotos, desarrollamos los artefactos de iluminación y los apliques en base a una línea art déco, que es coherente con esa época”.

Los azulejos blancos fueron retirados por problemas de humedad y columnas oxidadas. Algo parecido ocurrió con los pisos actuales, no tan distintos a los anteriores, pero cuyo lustrado los diferencia aún más de los que quedaron en la memoria: ambos son de tonos claros y llevan remates negros en las esquinas que formaban pequeños rombos. Pero los de ahora, además de brillar más, son más claros. Y los del viejo bar eran lisos en el sector de la barra.

Se conservó la boisserie y la característica carpintería del frente, en roble americano. Los espejos también son los mismos. “Recibieron un tratamiento de limpieza y luego se los volvió a bañar en plata. Lo hizo un hombre muy mayor que conserva métodos de vieja escuela”.

Habrá nueva vajilla, tazas y pocillos blancos en los que se lee “LG Desde 1930”, aunque las viejas tacitas con el dibujo de la Giralda y los ceniceros con el dibujo de ferro-quina Bisleri serán exhibidos en la vidriera.

Es importante que el lugar no pierda la identidad que le otorga su clásico chocolate con churros, pero conscientes de aggiornarse a los tiempos que corren, hay que sumar otras cosas, por eso, además de los churros, preparados por el cocinero Miguel Barbona, también estarán los clásicos tostados de jamón y queso en pan de miga o árabe, y sándwiches de atún o bondiola braseada, entre otros, en pan de flauta tradicional, saborizada o multicereal.

La flamante carta incluye platos fuertes para almuerzo y cena como salmón gravlax, bondiola braseada con puré de boniato o carne al malbec con papines, champiñones, cebollas y panceta. Los vegetarianos también tendrán opciones, entre ellas fideos cinta con tomates confitados, pesto de rúcula y crocante de puerro; o ensalada de hojas verdes, queso azul, peras asadas y garrapiñada de nueces.

“Queríamos que fuera un punto medio entre algo básico y sofisticado”, destaca Barbona, que viene de trabajar en el hotel Panamericano. Además de los churros, también hará el flan mixto y los panqueques. Las tortas y los helados vendrán desde afuera.

Si las políticas sanitarias se mantienen, el bar funcionará de 7 a 2 de domingo a jueves, mientras que estará abierto todo el día los viernes, sábados y vísperas de feriado.

Susana Espósito - Publicada el Lunes 23/08/21 - 4897 caracteres