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Cómo exigir a los demás lo que ellos no hacen

El miércoles 25 de agosto, en la audiencia general que realiza el Papa Francisco emitió ciertos conceptos que parecen contener un mensaje que podría estar insinuando: "A quién le quepa el sayo, que se lo ponga".

Qué fue lo que dijo:
Llamó "hipócritas a los políticos que viven de una forma en público y de otra en privado".

¿Será por el escándalo de Olivos, en el que se ve al presidente Alberto Fernández festejando el cumpleaños de su esposa, Fabiola Yáñez y a nosotros nos exigió "quedarnos en casa", nos privó de encuentros familiares, con amigos, acompañar a nuestros seres queridos enfermos, que murieron en soledad, sin poder ser velados ni acompañados hasta su última morada?

Sin embargo hay otro dicho que se atribuye a los sacerdotes: "Haz lo que digo y no lo que hago" y si bien el Papa Francisco es la autoridad máxima de la Iglesia Católica, una iglesia que exige a sus sacerdotes el celibato y juzga a personas homosexuales o no permite que los divorciados comulguen, entre otras tantas cuestiones, conoce perfectamente que nada de eso se cumple. Entonces, no solo debería juzgar a los políticos, también a los sacerdotes, que se muestran impolutos, célibes y son ampliamente conocidos los casos de pedofilia y en los últimos días, trascendió que a muchos sacerdotes de distintas jerarquías, en el Vaticano, se les descubrió que utilizan una aplicación de citas gay, llamada Grindr.

Está claro que siendo consciente de ello, en su audiencia también consideró que "es particularmente detestable la hipocresía en la Iglesia”. "Lamentablemente existe la hipocresía en la Iglesia, y hay tantos cristianos y tantos ministros hipócritas", advirtió Jorge Bergoglio.

Para el Papa, "la hipocresía es el miedo a decir abiertamente la verdad, es fingir o aparentar para quedar bien a los ojos de los demás", según planteó.

En ese contexto, el obispo de Roma afirmó que "también Jesús condena la hipocresía y reprocha a quienes se muestran justos por fuera, pero dentro están llenos de egoísmo y falsedad".

Entonces, ante esta situación, en Argentina, ¿qué esperanza nos queda? si tenemos un gobierno que miente, una oposición que no se opone a lo que está mal y vemos que todos piensan en tener poder para dominar y manipular al ciudadano. Gastan fortunas en campañas y prometen lo que saben de antemano que no van a cumplir. La meta es que los voten y después, cuando logran ganar las elecciones, ignoran a sus votantes y a las promesas se las lleva el viento...

Ni que hablar cuando el Papa también es argentino y parece haberlo olvidado, no vino a su país natal y dejó muy claro que no piensa volver, pero además, él mismo hizo muchas veces lo que tanto critica, nunca ocultó sus predilecciones por ciertos políticos a los que hoy critica y durante su Papado recibió a pura sonrisa.

Cuando los que nos gobiernan y los que predican, no lo hacen con su propio ejemplo, pierden credibilidad y eso nos lleva a perder también la esperanza.

Susana Espósito - Publicada el Viernes 27/08/21 - 2981 caracteres