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Recuperarán la fachada del edificio Otto WulffEn la esquina de avenida Belgrano y Perú, en el barrio de Montserrat, emerge y se eleva hacia el cielo porteño el edificio Otto Wulff, que muchos conocen como el edificio de la "virreina vieja". El paso del tiempo es notorio en su fachada y por eso, impulsada por un grupo de vecinos, en enero comenzarán las obras de restauración y puesta en valor. El edificio Otto Wulff, situado en el área de Protección Histórica de la ciudad, lleva el nombre del empresario maderero que lo hizo construir. Fue proyectado por el arquitecto danés Morten F. Ronnow y responde al estilo Jugendstil, la versión germana del art nouveau, pero también tiene rasgos renacentistas, del neogótico y del eclecticismo. Fue construído en hormigón, entre 1912 y 1914, para ser utilizado como edificio de rentas. Los ocho atlantes que "sostienen" al edificio fueron realizados por uno de los mejores artistas plásticos de la época, Franz Metzner, maestro en la famosa escuela de artes de Viena. Se aprecia una importante ornamentación con figuras de búhos, sapos, mulitas, cóndores, libélulas, pingüinos, cobras, yaguaretés y bebés gateando, entre muchas otras figuras que conforman la fachada. El arquitecto Fernando Lorenzi es uno de los propietarios y quien identificó cada una de las figuras que hay en la fachada del edificio. Como particularidad, contó que todas esas figuras totalizan 680 ojos. Las obras de restauración comenzarán en enero y se estima que durarán casi un año. La tarea será compleja, porque hay que reconstruir partes enteras, como algunos de los balcones. Hay muchos faltantes que serán reconstruidos con la guía de fotos de cuando fue inaugurado. Uno de los detalles que cambiará es el color de la fachada, oscurecida por la polución, el smog acumulado en sus 107 años de vida, que luego de su restauración lucirá una tonalidad gris claro, símil piedra. Una vez finalizadas las tareas de restauración, será iluminada con LED. Mientras tanto, el consorcio de propietarios obtuvo financiación a través del Fondo de Mecenazgo para restaurar las cúpulas, que son gemelas. Una tiene una corona en el extremo y la otra un sol. Ambas cúpulas se encuentran en un buen estado general pero tienen algunos faltantes que requieren un mantenimiento específico. Actualmente, en el edificio funcionan oficinas y muchos de sus propietarios están luchando desde hace años para ponerlo en valor y para ello era necesario el apoyo del Estado, debido a que es una obra monumental. ¿Por qué llaman al edificio, la "casa de la virreina vieja"?
La casa había sido construida en 1782. Tenía veinte ambientes y caballeriza. Se cuenta que su primer propietario no la habitó, pues fue encarcelado. Enseguida pasó a manos de Pedro Medrano, tesorero y secretario de la gobernación del Río de la Plata, quien luego la vendió al citado virrey, que murió en 1804. Doña Rafaela, su viuda, le dio nombre popular al inmueble. Al principio era la "Casa de la Virreina Viuda" pero luego, con la llegada de nuevas virreinas, el adjetivo cambió por Vieja. Aquella casona fue uno de los escenarios de la segunda invasión inglesa, en 1807. Fue uno de los sitios en que las tropas que defendían la ciudad lograron matar gran cantidad de enemigos que la habían utilizado como refugio. Juana, una de las hijas del virrey Del Pino, se casó con Bernardino Rivadavia y según algunos historiadores también habitaron esa casa, aunque no hay bases concretas. Lo cierto es que, ante la muerte de Rafaela, en 1816, la casona volvió a la familia Medrano y se transformó en residencia obispal, pues vivió allí el prelado Mariano Medrano. Posteriormente pasó por diferentes manos hasta que a principios del Siglo XX fue ocupada ilegalmente y se convirtió en un “conventillo” donde se establecieron, además, comercios de todo tipo: pesas y medidas, zapatería, taller de costura y planchado hasta que después de los festejos del Centenario, luego de desalojar a los intrusos, en 1910, fue demolida para la construcción del gran edificio que desde entonces ocupa esta esquina. El arquitecto que construyó el edificio conocía el valor de la casa que iba a demoler, construida en 1780 con una planta y 20 habitaciones. Por eso realizó un registro detallado y dibujó también los planos. En 1950 los donó a la Facultad de Arquitectura de la UBA y ese mismo año llegaron a manos de Mario Buschiazzo, a cargo del Instituto de Arte Americano. Como perlita, podemos agregar que la Virreina Vieja, Doña Rafaela de Vera y Pintado, viuda de Joaquín del Pino, vivió en el solar que ocupa la confitería La Biela, en el barrio de Recoleta, hasta que falleció en 1816. Así consta en una placa ubicada en el frente del local. Los restos de la virreina descansan en la Iglesia del Pilar. Susana Espósito - Publicada el Lunes 08/11/21 - 4964 caracteres |