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    Bomberos voluntarios del Barrio 31

    Alquilan el baño, usan casco de obra y no tienen agua en el cuartel: la lucha de los bomberos voluntarios del Barrio 31. Las carencias la suplen con esfuerzo, voluntad y sacrificio.

    Bomberos voluntarios Barrio 31En el día del Bombero voluntario, vamos a destacar el trabajo que realizan estos verdaderos héroes que sin disponer de lo mínimo indispensable se juegan la vida para salvar a los vecinos.

    El jefe del cuartel, dice que la villa del barrio de Retiro "es el lugar ideal para ser bombero”. Las carencias la suplen con esfuerzo, voluntad y sacrificio.

    El cuartel de bomberos voluntarios del Barrio 31 era antes un kiosco de droga. Tiene doce metros cuadrados y está ubicado en una calle sin nombre. Le dicen la “calle nueva detrás de la terminal de micros”. Es una arteria de 500 metros sin intersecciones: hace dos años no había luz, en ese tiempo podían robar o violar a una joven en la oscuridad. Hoy la gente que ingresa en este largo pasillo sin salidas intermedias ya no teme: lo hace segura porque, en el medio del trayecto, están los bomberos voluntarios de la villa.

    Son los bomberos que no tienen agua. Dependen de los vecinos para hidratarse y de la fortuna para apagar los incendios. A veces acuden para complementar el trabajo de bomberos municipales, otras veces, cuando éstos se demoran por razones logísticas, el trabajo se circunscribe al esfuerzo de los voluntarios. Los cochebomba llegan hasta la mitad de la villa, “no pasan del playón” ya que los angostos y laberínticos pasillos impiden los desplazamientos: los bomberos voluntarios corren o andan en bicicleta. La efectividad de los camiones de bomberos en el Barrio 31 se reduce notablemente.

    Los bomberos voluntarios asisten a la comunidad con tareas de prevención, curaciones e intervenciones en siniestros. En actividad hay cerca de 74 miembros en el cuerpo y no todos viven dentro del Barrio 31.

    “La otra forma de apagar un incendio -decía Horacio Viale, jefe del cuartel en diálogo con Clarín en una nota realizada hace un año- es con hidrantes de piso, pero muchas veces nuestros hidrantes no tienen agua ni presión”. Cada 200 metros hay uno. Allí colocan un dispositivo que llaman columna, desde donde encajan los tramos de las mangueras. Cuando los siniestros ocurren a mitad de camino entre dos hidrantes, deben asociar cuatro tramos y forzar la presión del agua. La expansión vertical de los asentamientos generó que los usuarios de pisos elevados instalaran bombas centrífugas en las redes subterráneas para tener canillas que funcionen. “A las dos de la mañana tenemos una excelente presión de agua, pero a las seis de la tarde es imposible”, comparó Viale.

    El abastecimiento está siempre comprometido. Desde que comenzó la cuarentena, la falta de agua en el barrio de emergencia de Retiro es preocupante. “Hasta hace un mes (abril 2020) veníamos laburando sin agua. Ahora mágicamente abrieron una canilla, pero ni siquiera es un hilo de agua. Para un incendio grande no nos alcanza”, explicó el jefe del cuartel.

    Los bomberos voluntarios del Barrio 31 existen hace dos años. Oficialmente tienen 162 personas certificadas en el padrón, pero en este momento 74 ofician de voluntarios: hay más de 30 bomberos con licencia por tratarse de población de riesgo, por presentar enfermedades preexistentes o por estar a cargo de hijos pequeños. El mismo Horacio Viale padece neumonía no viral y tuvo que someterse a un hisopado que dio negativo.

    El cuartel de bomberos voluntarios del Barrio 31 tiene una superficie de doce metros cuadrados. En cuarentena, las guardias no superan las cuatro personas para respetar la distancia social.

    “Hay gente que está muy enganchada. Están comprometidos con la causa. Entienden que ser bombero es una forma de ayudar a la comunidad”, interpretó Horacio Viale.

    Pero el compromiso no sustituye las deudas históricas. En el Barrio 31, los bomberos no disponen de trajes estructurales. La Policía Federal les donó cinco uniformes viejos de incendio básico. Ya ni siquiera están completos: hay más chaquetones que pantalones. Usan borcegos, botas y pantalones de fajina personales. No tienen guantes, matafuegos o equipos autónomos que, sin embargo, desestiman porque no son prácticos para subir las escaleras angostas en forma de caracol características del barrio. Los cascos que usan son de obra. Los profesionales son dos y su precio de 6.000 pesos es excluyente.

    En el cuartel no tienen suministro de luz; el espacio es precario y minúsculo. Alquilan un baño químico por 3.500 pesos la semana, dinero que sacan de su propio bolsillo. Viale le rogó a las autoridades de “El Portal”, las oficinas de la Secretaría de Planificación de la Ciudad de Buenos Aires, la donación de un baño químico, uno de los que se utilizaron en obras recientes. “Se negaron a prestarnos uno. No nos dan nada. Tengo notas suplicando que ayuden a una bombera que no tiene para comer y no me responden. No sé cuál es el problema”, cuestionó. En el orden de las promesas, también está la entrega de un predio grande. “Pero curiosamente siempre falta una firma”, dijo el bombero. Durante la entrevista con Infobae, sostuvo en reiteradas ocasiones que su posición es apolítica: “Yo me saco una foto con cualquiera que venga a donarnos un paquete de fideos”.

    Clarín consultó al gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por las denuncias del jefe del cuartel. Desde los organismos porteños vinculados a la asistencia del Barrio 31, explicaron que dentro del mismo área geográfica se encuentra el destacamento Retiro, dependiente de la Estación 4ta de Recoleta y con asiento en la terminal de ómnibus, lindero a una de las fronteras de la villa de emergencia. “Este destacamento cuenta con personal las 24 horas y está preparado para hacer una rápida y primaria intervención en el barrio”, apuntaron. “Esa información es real -validó Viale-. Como también es real que no ingresan al barrio o que ingresan hasta donde pueden. A veces han perdido materiales o herramientas que las gente nos la entrega a nosotros”.

    “En esta cuarentena, a la gente que labura por día se les presentó un inconveniente: no tienen para comer. Todos los bomberos trabajamos, todos somos voluntarios. Yo soy chofer de taxi por ejemplo. Tenemos muchos chicos sin trabajo y, aunque no estemos encerrados, los controles se agudizaron y no pueden salir a laburar. Tenemos un psicólogo, dos electricistas, dos peluqueras, muchos albañiles y gente que labura de lo que puede”, enumeró el jefe del cuartel.

    El cuerpo de bomberos voluntarios del Barrio 31 ya intervino en más de 100 siniestros, desde accidentes viales hasta incendios. “Día por medio algo grave pasa”, dijo Viale. Certificó que hace dos meses no reciben heridos de bala y aclaró que son hoy la única guardia sanitaria que atiende las 24 horas, dado que los hospitales cierran a las seis de la tarde y las ambulancias no ingresan a cualquier punto del barrio. Actualmente hacen tareas de prevención con vigilancia en la utilización de tapabocas o barbijos y el cumplimiento del distanciamiento social, actúan en evacuaciones de contagiados, en curaciones de heridos y en incendios.

    “Estamos en un lugar donde la violencia abunda: tenemos muchos robos y muchas peleas por drogas. Había una época en la que teníamos un muerto por día”, relató el jefe de los bomberos voluntarios. Cuando fundaron el cuartel, los confundían con policías y los insultaban. Ahora, según Viale, los respetan bastante, “por más que tengamos que repetirles que se pongan el barbijo”.

    Más allá de no tener agua corriente o electricidad, de obligarlos a alquilar un baño químico, de ocupar un espacio reducido o de no disponer del equipamiento necesario, Horacio Viale rescata el espíritu de los bomberos voluntarios. “Estamos en un lugar heavy, es cierto, pero para el bombero es precioso. Porque tenés contacto con la gente, porque podés ayudar realmente. Si bien la función social es igual a la de cualquier lado, nosotros tenemos un vínculo con la población que no tiene el resto. No estamos adentro del cuartel, estamos en la calle y hablamos siempre con los vecinos. El Barrio 31 es el lugar ideal para ser bombero”.


    Susana Espósito - Publicada el Miércoles 02/06/21 - 8107 caracteres