OPCIONES
DEL MENU

  • Home
  • Noticias de la Ciudad
  • Historia de la Ciudad
  • Barrios Porteños
  • Edificios destacados
  • Monumentos
  • Turismo en la Ciudad
  • Poco conocido
  • Costumbres Porteñas
  • Filete Porteño
  • Antiguos oficios
  • Qué es el Tango?
  • Qué es la Milonga?
  • Cena Show
  • Contacto


  • Usted es el visitante

    Desde 01/01/2016




    El Barón, que bailó un tango,
    bebió Hesperidina y no quiso más Lola

    El 20 de febrero se cumplen 84 años del fallecimiento del Barón Demarchi y sus restos descansan en el Cementerio de Recoleta, en la Bóveda de la familia del ex presidente Julio Argentino Roca, quien había sido su suegro.

    Antonio Oscar Demarchi Croharé fue su nombre completo, había nacido en Italia, el 25 de agosto de 1874 y su interesante vida tuvo que ver con Bagley, Hesperidina, Lola, el tango y otras apasionantes historias.

    Su abuelo fue don Silvestre Dernarchi, un suizo que fue el primer Cónsul Italiano en la Argentina y dueño de la Droguería y farmacia "La Estrella", que en aquellos tiempos fue la mayor de América del Sur. Allí se creó la Limonada Roge y Hesperidina. Al morir don Silvestre, le sucedieron sus hijos, Marcos, Demetrio y Antonio (yerno de Facundo Quiroga y padre de quien sería el Barón Demarchi).

    En 1862, un norteamericano de 24 años, de apellido Melville Sewell Bagley, llegó a la ciudad de Buenos Aires. Poco tiempo después de arribar, se empleó en la droguería "La Estrella", de la familia Demarchi. Su espíritu inquieto lo llevó a buscar la receta para elaborar un tónico refrescante, basado en las cáscaras de las naranjas amargas, que se llamó Hesperidina (1864). Doce años después, se convirtió en la primera marca registrada en nuestro país, con fecha 27 de octubre de 1876. Ese tónico representó, en aquellos tiempos, una solución a algunos problemas digestivos.

    Sin embargo, Hesperidina fue uno de los aperitivos predilectos en su época y son muchos los que creen que dejó de elaborarse, pero, solo tuvo un tiempo de letargo y a alguien se le ocurrió rescatarla y revitalizarla, como ocurrió con otras bebidas de aquellos tiempos, actualmente descubiertas por los jóvenes con gran aceptación.

    Esperidina BagleyAsí como el Fernet es casi bebida nacional cordobesa y la mezcla con una gaseosa cola de primera marca, se convirtió en uno de los tragos que más gusta a gente de todas las edades, también la Hesperidina forma parte de las mejores barras de los bares y es incorporada a cócteles modernos. Se mezcla con agua tónica, vino, espumantes, jugo de naranja o lima, rodajas de limón, menta, albahaca y otras hierbas que aportan sabor a los "tragos".

    Recordemos que a lo que antes se llamaba copetín o aperitivo, ahora, los chicos lo llaman drink o "traguito", un diminutivo "simbólico", porque ya sabemos que los jóvenes de hoy toman varios tragos, no se conforman con uno solo.

    Pero continuando con la creatividad del señor Bagley, parece que alentado por el éxito que le generó Hesperidina, en 1875 decidió encarar otra actividad que convertiría a su empresa en líder: la fabricación de galletas.

    Su primer lanzamiento a la venta fue Lola, la primera galleta elaborada por Bagley, con una muy rápida aceptación desde el momento mismo de su lanzamiento. Estas galletitas, famosas por el cuidado puesto en su elaboración, llevaba los mejores ingredientes y sin ningún tipo de agregado artificial, fueron hasta las preferidas de los médicos, que las recomendaban para la inclusión en las dietas de sus pacientes, sobre todo los que no podían ingerir alimentos convencionales. Tanto fue así, que en los sanatorios, clínicas y hospitales comenzaron a incluirlas en la alimentación de enfermos de toda clase.

    Cuentan que una persona que había ido a visitar a un enfermo internado en un sanatorio de la ciudad de Buenos Aires, mientras recorría junto a un amigo las instalaciones del nosocomio, fue a dar a la puerta de la morgue, de donde precisamente salía un enfermero empujando una camilla que portaba un cadáver. Ante tal escena, el visitante, miró a su amigo y le dijo: Ese, no quiere más Lola..., aludiendo obviamente a la condición del muerto, que ya no comería ni esa ni ninguna otra marca de galletitas. Con el tiempo, esa expresión significó que alguien desiste en su intento por alcanzar un logro que se le presenta inaccesible o, lisa y llanamente, abandona una tarea.

    La inventiva de Bagley y sus asociados –los hermanos Demarchi, pioneros industriales– fue más allá y complementaron lo que puede considerarse como el trípode inicial en el desarrollo de la empresa. Utilizando la pulpa de las naranjas con que se elaboraba la Hesperidina, la firma lanzó al mercado el dulce de naranjas tipo inglés “Mermelada Bagley”. Así, empezó a promocionar sus productos bajo el slogan “Las tres cosas buenas de Bagley”.

    En agosto de 1905 salieron a la venta las novedosas obleas rellenas. Cuatro años más tarde, ante la inauguración del Teatro Colón de Buenos Aires, el original producto tomó la marca Ópera, la cual hasta el día de hoy sigue siendo uno de los éxitos de Bagley y el 12 de agosto de 1943 las Criollitas salieron a la venta para conquistar definitivamente un lugar de privilegio que nunca más abandonarían.

    Retomando la historia del Barón Demarchi, en 1899 fundó la Sociedad Sportiva Argentina, bajo el nombre Sociedad Hípica Argentina y renombrada en 1902. Entre sus principales deportes se encontraban el fútbol, equitación, aviación, aerostática, aeronáutica, polo y ciclismo. Creó el CERCLE DE L'EPEE para fomentar la esgrima. Creó la Asociación de Boy Scouts y el Instituto Heráldico de Buenos Aires, del que fuera su primer Presidente. Además fomentó los torneos hípicos, llegando en 1903 a ser presidente de la Sociedad Hípica Argentina. En tal carácter fomentó e inauguró la exposición de caballos criollos dando auge a la cría de estos animales para exposición y desfiles.

    Era elegante, distinguido y fue condecorado como Barón en 1912, por el rey de Italia. Este hombre que era yerno de Roca, no entendía como el tango era tan bien visto en París y en Buenos Aires, donde surgió, era considerado vulgar y por ello no fue aceptado, solo se bailaba en los suburbios, en los prostíbulos. Fue por eso que ese año en que se lo condecoró Barón, decidió dar una fiesta en el Palais de Glace, donde con su esposa, María, bailaron el tango y a partir de allí, tuvo tal aceptación que se convirtió en nuestra música ciudadana.

    Antonio y María tenían dos hijos: Julio Antonio Marcos Demarchi Roca y Carlos Leonardo Demarchi Roca.

    El Barón Demarchi fue amigo de Jorge Newery, motivo por el cual cuando éste acompañado de Aarón Anchorena- decidió volar con su globo Pampero, el despegue se hizo desde uno de los campos de la familia Demarchi.

    Antonio Demarchi murió el 20 de febrero de 1934 y sus restos descansan en la Bóveda de la Familia Roca. Seguramente alguien, recordando estas anécdotas dirá que ya "no quiso más Lola".


    Susana Espósito - Publicada el Viernes 19/02/21 - 6521 caracteres