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Vinos sin alcohol: ni chicha ni limonadaEn los últimos días se conoció una propuesta del Instituto Nacional de Vitivinicultura, mediante un proyecto que permitirá producir en el país vinos sin alcohol y eso ya generó polémica. Adaptándose a los tiempos que corren y a los efectos de atraer nuevos consumidores se está debatiendo la posibilidad de elaborar vinos sin alcohol, apuntando a una franja de la población que elige una alimentación más sana, consumen productos light y no beben alcohol. Según datos que surgen de una encuesta de la consultora W, difundida en julio de 2020 por Coviar (Corporación Vitivinícola Argentina), el 27 % de los hombres y el 37 % de las mujeres de la muestra no consumían alcohol, por diferentes razones: salud, alimentación light o simplemente por gusto. Ángel Mendoza, dueño de bodega Domaine St Diego, dice que está a favor de este tipo de vinos desalcoholizados porque "no se puede ir en contra del mercado abstemio". "Si bien no es un vino para entendidos, lo es para una sociedad joven, sana, madura y libre de alcohol", agregó. José Galante, otro prestigioso enólogo de gran trayectoria en la industria vitivinícola argentina, opina diferente y dice que "el vino sin alcohol pierde su esencia, como pasa con el café descafeinado, deja de ser café. Asimismo, agregó que si no tiene alcohol, no es vino, es jugo de uva, una opinión con la que Patricia Ortiz, presidenta de Bodegas de Argentina responde: "El vino sin alcohol primero es vino y luego es sometido a un proceso para desalcoholizarlo”, por eso, según manifesta Ortiz, será un vino sin cuerpo, ni volumen como un vino tradicional, con sabor más aguachento. Si bien muchos no están de acuerdo, el bodeguero José Zuccardi, presidente de Coviar y dueño de la Bodega Zuccardi, elegida en julio 2020, como Mejor Bodega y Viñedo del Mundo en el certamen The World's Best Vineyard por más de 500 referentes internacionales del mundo de vino, ha dado su opinión a favor y ha dicho que se animaría a producir este tipo de vino, como una opción que no debería descartarse, atentos a los estudios de mercado que indican que también sería accesible para distintos consumidores. En el vino "alcohol free", se ve la ventaja de ser un vino ideal para el consumo de mujeres embarazadas o en período de lactancia, personas con trastornos hepáticos o para consumir en un almuerzo de trabajo, en cuyo caso es preferible no consumir alcohol. Pero muchos piensan al estilo shakesperiano, que en una de sus citas más famosas de su obra "Hamlet", le surge la indecisión: Ser o no ser... (¿Es vino o no lo es?). Aunque en esta cuestión es más acorde el dicho: Ni chicha, ni limonada. El origen de esta expresión proviene de dos tipos de bebidas, una alcohólica (chicha) y la otra refrescante (limoná). La chicha es una bebida fermentada y no destilada que proviene del maíz y es muy típica de Centroamérica, aunque también se consume en el sur del continente. Es de origen prehispánico y de fuerte sabor. Por el contrario, la limoná es una bebida suave, muy típica de Castilla y que está hecha a base de limón, azúcar y vino blanco. El dicho comenzó a utilizarse para comparar las dos bebidas con una tercera (no es ni fuerte como la chicha ni suave como la limoná) Se estima que la nueva reglamentación que permitirá producir vinos sin alcohol saldrá pronto, probablemente antes de finalizar noviembre, cuando termine de analizarse el marco legal. Susana Espósito - Publicada el Miércoles 11/11/20 - 3417 caracteres |