La cúpula de la Confitería del Molino recupera su belleza y esbeltez
Como es de público conocimiento, siguen avanzando las obras de recuperación y puesta en valor de la emblemática Confitería del Molino, situada en la esquina de las avenidas Callao y Rivadavia. Quienes pasen por allí podrán apreciar que la cúpula ya deja ver su belleza y esbeltez y seguramente no falta mucho para que vuelva a recuperar las aspas del molino que da nombre a la confitería.
Después de varias décadas de abandono, fue una alegría para los porteños saber que se recuperaría esta confitería que ha sido testigo de parte de nuestra Historia. Se sentaron a sus mesas políticos, literatos, artistas y la alta sociedad porteña que luciendo sus mejores galas disfrutaban del té o el copetín. Hoy recupera de a poco el esplendor de aquellos tiempos, mientras todos esperamos su reapertura y poder verla radiante otra vez.
Aunque las tareas se vieron interrumpidas por la pandemia, de a poco, restauradores de empresas tercerizadas han vuelto para continuarlas. Los trabajadores de Progorod S.A. trabajan en la cúpula y los de HIT Construcciones, en la fachada. Ambas obras están aprobadas por el Gobierno de la Ciudad.
Distanciados y de guantes y tapabocas, se replican las figuras y los ornatos de bronce que estaban en la planta baja, y siguen recuperándose esas valiosas piezas que recubre la cúpula, llamadas teselas. Estas pequeñas piezas fueron íntegramente rescatadas y se les realizó una doble limpieza: con pinceleta seca y otra con agua jabonosa de PH neutro, con pincel. Luego se procedió al enjuague con esponja y agua. Un minucioso trabajo que se había iniciado antes de la pandemia.
También se comenzó el trabajo de recuperación del sistema de aspas del molino y de la estructura de uno de los balcones del quinto piso, sobre Callao.
El edificio tiene además su propio equipo de restauradores, como parte de la monumental obra coordinada por la Comisión Bicameral Administradora del Edificio del Molino, que se creó tras la transferencia del inmueble al Congreso de la Nación. Ellos aún no retomaron las tareas pero en este tiempo de impase recibieron capacitaciones virtuales sobre el nuevo protocolo específico del edificio, que fue aprobado por el Gobierno porteño. Muchos siguieron trabajando desde sus casas, elaborando fichas y planos, catalogando material arqueológico encontrado en el inmueble y preparando la documentación para futuras licitaciones.
Susana Espósito - Publicada el Martes 22/09/20 - 2441 caracteres
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