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Día de la Ballena Franca AustralEl 25 de septiembre es el Día de la Ballena Franca Austral y se eligió esa fecha conmemorando el 25 de septiembre de 2002, cuando la comunidad de Puerto Pirámides se unió para rescatar a “Garra”, una ballena de un año de edad que se enredó en las cadenas del fondeo de una embarcación. La historia comenzó cuando los guías balleneros y buzos locales fueron los primeros que intentaron desenredarla pero era imposible acceder a las cadenas bajo el agua y decidieron varar a Garra, para cortar las cadenas en la playa. Con la participación de toda la comunidad, las cadenas fueron cortadas y Garra fue mantenido fresco durante varias horas en espera de la marea alta. Al atardecer, pudo volver al mar. El ballenato fue bautizado con el nombre "Garra" porque resistió todas las maniobras del rescate, y porque tiene en su lomo una mancha blanca con esa forma. Coincidentemente, un año antes los investigadores del ICB lo habían llamado ‘Zarpazo’. Garra sobrevivió a pesar de las heridas y el estrés sufridos y fue re-avistado sano y en buenas condiciones en 2006. Y, justamente a través del programa de foto-identificación del Instituto de Conservación de Ballenas y Ocean Alliance, pudo saberse que Garra era hijo de Victoria, la ballena Nº 200 de su catálogo de individuos conocidos, y que tenía un año de edad cuando en 2002 quedó enredado. Los investigadores lo habían registrado por primera vez junto a su madre en 2001, cuando era un ballenato. Debido a la pandemia, este año no se pueden hacer los fabulosos avistajes de ballenas en la Península Valdés, provincia de Chubut, como se realizan cada año, aunque es para celebrar que se cumplen 50 años de los estudios que han permitido conocer mejor el comportamiento de estos imponentes mamíferos gigantes y la relación que tienen con el ambiente y su entorno. Es importante recordar que en 1971 casi nada se sabía sobre las ballenas de Península Valdés. Hoy, luego de 50 años se siguen haciendo estudios y gracias a ello se han encontrado respuestas a tantas preguntas que en aquel momento no las tenían, gracias al importante trabajo de muchas personas que se han dedicado con gran esfuerzo e interés, a estudiar la vida de estos cetáceos. Mariano Sironi, director científico del Instituto de Conservación de Ballenas de Argentina ha manifestado: “en 2020 celebramos 50 años del inicio de la foto-identificación de ballenas en Argentina y en el mundo. Este hito nos encuentra en una situación excepcional, que nunca imaginamos. Por primera vez, no podremos realizar el relevamiento aéreo anual en las aguas costeras de Península Valdés. Sin embargo, vamos a celebrar compartiendo datos, curiosidades y anécdotas que dieron forma a este programa científico, y por supuesto, también los resultados más relevantes de nuestras investigaciones. Queremos que toda la comunidad sea parte de esta celebración, para comenzar a transitar juntos el segundo medio siglo de historia de la ciencia con las ballenas de la Patagonia”. Las ballenas francas tienen crías cada tres años y están en condiciones de tener la primera cría a los nueve años. Las ballenas de Península Valdés prefieren criar a sus ballenatos recién nacidos en ciertas bahías de los golfos. Puerto Pirámides, en la Península Valdés es un sitio muy especial para los estudiosos y los amantes de las ballenas. Gracias a los estudios realizados se descubrió que el patrón de callosidades que esta especie de ballena tiene sobre su cabeza, permite identificarlos a través de fotografías aéreas. Desde 1970, son más de 3800 las ballenas francas australes foto-identificadas. Gracias al catálogo generado por el trabajo conjunto del ICB y Ocean Alliance, los investigadores generan un “DNI” de los ejemplares que visitan Península Valdés cada año. De este modo, se conocen lazos familiares, sus preferencias de hábitat y por sobre todo las amenazas que las ballenas enfrentan, y puede trabajarse en estrategias de conservación para beneficio de las ballenas y el mar. El Instituto de Conservación de Ballenas (ICB), monitorea la población de ballenas francas australes que utiliza las costas de Chubut, Argentina, como área de cría y reproducción. Para poder sostener este estudio a largo plazo, es que invita a las personas a colaborar a través del Programa de Adopción Ballena Franca Austral. Las personas que desean sumarse pueden ingresar al sitio ballenas.org.ar, y en el espacio del programa de adopción, elegir la ballena y el monto que quieran donar mensualmente. Cada “adoptante” recibe el certificado personalizado, el registro de observaciones de la ballena que adoptó y una cartilla educativa. Otros materiales incluyen una ballena para armar en papel de la Colección Cetáceos de “Guardabosques”. Susana Espósito - Publicada el Viernes 25/09/20 - 4737 caracteres |