Usted es el visitante

Desde 01/01/2016

Hay "Rosaditas" para todos los gustos

Según estadísticas de la Mesa Nacional de Barrios Populares, 3,8 millones de hogares en la Argentina son precarios y casi 1 millón de personas vive en casas con piso de tierra o paredes de cartón. Para visibilizar el problema, levantaron una casita de chapa, color rosada, frente a la Casa de Gobierno.

Las "rosaditas" han tomado distinta simbología: en principio fue el color elegido por Sarmiento para pintar la casa de Gobierno, la unión de sangre vacuna y cal blanca, simbolizando la unión de Unitarios y Fererales, fundidos en esa mezcla del rojo y blanco que los representaba. Hoy no existe una unión fructífera para el país y parece que en lugar de paredes pintadas, hay paredes con grandes grietas...

La rosadita también fue llamada una oficina en Puerto Madero donde se realizaban operaciones ilegales, como hemos visto por TV. Gente contando dinero que se sospecha fue producto de una asociación ilícita de la que se sigue hablando y aún no se llegó a juicio con los implicados.

Ahora, otra rosadita es la casilla que pretende visibilizar cómo viven muchos argentinos y con ella, hacer visible un reclamo al gobierno para que incorpore el tema en su agenda y le dé pronta solución.

La casilla fue emplazada el miércoles 14 de agosto, en medio de tanta desazón política que se vive, después de las PASO, lo que significa un duro golpe al gobierno del presidente, Mauricio Macri, provocando la disparada del dólar, el aumento del riesgo país y un rumbo incierto que hace pensar que no hay brújula que indique cómo tomar la dirección correcta.

La organización social TECHO, que combate la pobreza en asentamientos a través de la acción conjunta de sus habitantes y voluntarios, intervino con esta alegoría en Plaza de Mayo, donde habitualmente se producen quejas y reclamos y en esta oportunidad para presentarles a los candidatos a presidente propuestas que buscan mejorar la situación de los 4.416 barrios populares, donde viven aproximadamente 4 millones de personas.

"La Casilla Rosada simboliza el refugio de miles de familias en los barrios populares del país que no tienen elección. No eligen vivir sin acceso a servicios básicos como la conexión formal de luz y agua potable, con hacinamiento, cerca de un basural o sufriendo inundaciones cada vez que llueve", señaló Virgilio Gregorini, director ejecutivo de TECHO en Argentina.

El problema habitacional viene de larga data y a pesar de la formación de villas, en tierras usurpadas y que muchas de ellas están siendo urbanizadas, parece que nada es suficiente, incluso la gran cantidad de planes y subsidios que se otorgan ilimitadamente desde hace años, llevándose gran parte del presupuesto de la Nación, no logran saciar tanto reclamo, al que se suman extranjeros que se radican en nuestro país y al día siguiente se sienten con derechos a reclamar y exigir, como no lo hacen en sus países de orígen.

TECHO también reclama la implementación de la Ley de Integración Sociourbana de Barrios Populares, que se aprobó entre julio y octubre de 2018 por unanimidad en ambas cámaras del Congreso y que declaró de "utilidad pública y sujeto de expropiación" a los barrios registrados para su regularización, y la realización de obras de infraestructura que permitan acceso a los servicios básicos.

Casi un año después de sancionada, la ley nunca se reglamentó ni cuenta con presupuesto asignado. "Queremos incidir en la agenda de propuestas y que los candidatos se comprometan a trabajar por quienes viven en los asentamientos, que tienen en promedio 30 años de antigüedad y no pueden seguir esperando", comentó Gabriela Arrastúa, directora del Centro de Investigación Social de TECHO.

TECHO estima que 930.000 familias argentinas viven en condiciones de extrema vulnerabilidad (pisos de tierra, paredes de nylon o cartón, techos que se llueven) y por su condición socioeconómica no tienen los medios para acceder a una vivienda adecuada.

Estas familias están distribuidas en todo el país. La provincia de Buenos Aires es el territorio que más barrios populares tiene: 1.726, donde viven casi medio millón de personas. Le siguen Santa Fe (341 barrios y 72.602 habitantes), Misiones (268 y 41.981) y Chaco (263 y 32.570).

El total de estos asentamientos ocupa una superficie de 442 kilómetros cuadrados, el doble del tamaño total de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Con la "casilla rosada", las organizaciones sociales que conforman la Mesa Nacional de Barrios Populares buscan que quien conduzca el país en diciembre pueda implementar un "plan estratégico".

El objetivo: cambiar precariedad por dignidad en las viviendas de 4 millones de habitantes y "trazar un plan de cuatro años para lograr la Emergencia Habitacional Cero".

"No es posible construir una sociedad más justa y desarrollada excluyendo a quienes hoy viven en asentamientos. El único camino posible para superar la realidad de pobreza y exclusión que se ve concentrada en los barrios populares es con acuerdos de largo plazo, multiactorales y multipartidarios", agregan en TECHO.

También es cierto que la dignidad no es solo recibir una casa, es además buscar trabajo. Si bien es una triste realidad, también parte de esa realidad es que quienes trabajan y pagan sus impuestos, solventan los planes y subsidios de la gente que está en esa situación y entonces surge la pregunta: ¿Eso sí es justo? que solo algunos trabajen para mantener a quienes no muestran ningún interés en hacerlo y además entorpecen cortando calles e impidiendo que los trabajadores lleguen a sus lugares de trabajo. En una sociedad más justa, TODOS debemos trabajar, el trabajo dignifica y es la única manera de hacer que un país avance y pueda combatir la pobreza.

Susana Espósito - Publicada el Jueves 15/08/19 - 5693 caracteres