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Manuel Belgrano, un prócer destratadoEl 7 de agosto de 1821 se le daba el nombre Belgrano a la calle en que había nacido y dejado de existir el general Manuel Belgrano. Un héroe de la Patria que realmente ha sido destratado y poco valorado. Apena darse cuenta que en Argentina, en lugar de conmemorar, es decir: Recordar un acontecimiento histórico o a una persona destacada mediante la celebración de un acto solemne o fiesta, especialmente en la fecha en que se cumple algún aniversario, sea más que una fecha en la que se le rinde homenaje, un feriado para atraer turismo, de manera tal que son muchos los que se ponen felices porque no irán a trabajar y en el mejor de los casos, harán miniturismo, sin importar verdaderamente por qué es feriado. El creador de nuestra bandera argentina y quien además luchó por nuestra Independencia, como otros tantos patriotas, había nacido el 3 de junio de 1770. Fue abogado, economista, periodista, político, diplomático y militar rioplatense de destacada actuación en Argentina, Paraguay y el Alto Perú durante las dos primeras décadas del siglo XIX. Participó en la defensa de Buenos Aires, capital del Virreinato del Río de la Plata, en las dos Invasiones Inglesas —1806 y 1807— y promovió la emancipación de Hispanoamérica respecto de España. Fue uno de los principales patriotas que impulsaron la Revolución de Mayo, por la cual se destituyó al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, y fue vocal de la Primera Junta de gobierno que lo reemplazó. Dirigió el Exodo Jujeño y luchó en la guerra de Independencia de la Argentina contra los ejércitos realistas, venciendo en las batallas de Tucumán (1812) y Salta (1813). En 1812 creó la bandera de Argentina en la actual ciudad de Rosario. Tuvo gran influencia en el Congreso de Tucumán que declaró la Independencia de las Provincias Unidas en Sud América, en 1816. Estas son solo algunas de las proezas en las que participó Manuel Belgrano, quien murió en su casa natal, en la actual Avenida Belgrano 430, en Buenos Aires, inmerso en la pobreza, a pesar de que su familia había sido una de las más acaudaladas del Río de La Plata antes de que Belgrano se comprometiera con la causa de la independencia. Cumpliendo con su última voluntad, su cadáver fue amortajado con el hábito de los dominicos tal como era costumbre entre los terciarios dominicos, de los que formaba parte y fue trasladado desde la casa paterna al Convento de Santo Domingo, recibiendo sepultura en el atrio. Como su familia no tenía dinero para hacer la lápida para su tumba entonces se improvisó una con el mármol de una cómoda de su hermano Miguel Belgrano. Años más tarde, en 1870 se inauguró el Mausoleo en el que depositaron sus restos, en el atrio de la citada iglesia. Susana Espósito - Publicada el Miércoles 07/08/19 - 2734 caracteres |