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Cuando el vandalismo no tiene límites

Alumnos y docentes del profesorado de Bellas Artes realizaron un mural que rinde homenaje al General Manuel Belgrano, en la sede de la escuela de Bellas Artes en Barracas, que fue vandalizado.

El mural fue creado para que el edificio estuviese preparado para la ocasión, ya que, como todos los años, participó en la Noche de los Museos, pero durante la madrugada fue grafiteado.

La obra que rinde homenaje al creador de nuestra bandera fue realizada sobre la cortina metálica de una de las puertas de ingreso al edificio y en la mañana del sábado, descubrieron con gran tristeza que el rostro de Belgrano apareció con un bigote como el de Hitler y además, le agregaron un pañuelo verde, con el símbolo del pañuelo blanco de las Madres de Plaza de Mayo y debajo la inscripción: "Patria Genocida". Asimismo, en la entrada principal, en la calle Wenceslao Villafañe al 1400, donde las paredes están pintadas con los colores de la bandera, pintaron el símbolo anarquista y frases como “Un patriota es un idiota”.

Los docentes denunciaron el hecho en su cuenta de Instagram. “Hoy, sólo tristeza. No tenemos palabras para expresar lo que sentimos. Hoy era un día para promocionar la escuela, flaca promoción mostrando tanta intolerancia”, escribieron. En días anteriores, habían usado esa misma red social para mostrar el avance del mural y a los alumnos que lo estaban haciendo.

Un lamentable acto de vandalismo que provoca indignación, ya que libertad de expresión no significa libertinaje, vandalismo, falta de respeto e impunidad, porque hasta el momento, ningún acto de vandalismo en monumentos y fachadas de edificios ha sido penalizado como corresponde. Es necesario concientizar y despertar ese sentido de pertenencia del que un grupo de inadaptados carece y los que sí lo tenemos, no debemos acostumbrarnos ni aceptarlo.

Es triste recordar que Belgrano ha sido víctima de varias e injustas faltas de respeto. Se lo tildó de homosexual, se burlaban de su voz aflautada y sus buenos modales y hubo hechos muy lamentables de quienes menos podía esperarse:

Por su triunfo en la batalla de Salta, el gobierno había premiado a Belgrano con 40 mil pesos, una fortuna para la época. Destinó ese dinero para cuatro escuelas a construirse en Tarija, Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero. Tan entusiasmado estaba Belgrano que el 25 de mayo de 1813 elaboró un reglamento para dichas escuelas, que nunca llegaría a verlas ni se sabe dónde fue a parar ese dinero. La de Tarija se construiría en 1974, la de Tucumán, en 1998 y la de Jujuy, en 2004. De la de Santiago del Estero no se tiene noticia.

Sumido en la pobreza, Belgrano había reclamado al gobierno la liquidación de los sueldos adeudados, pero solo le enviaron 300 pesos. Murió en la pobreza, pagando a su médico, en su lecho de muerte, con su reloj de cadena. Dicho reloj era exhibido en el Museo Histórico Nacional, de donde fue robado en junio de 2007 y nunca se recuperó.

El 4 de septiembre de 1902, cuando se exhumaron los restos de Belgrano, que descansaban en el atrio del Convento de Santo Domingo, para ser colocados en un mausoleo construido para él, los ministros del Interior, Joaquín V. González y de Guerra, Pablo Ricchieri, se robaron los dientes del prócer, como souvenir. Al descubrirse el bochornoso hecho, fueron denunciados y en el diario La Prensa se exigió: "Que devuelvan esos dientes al patriota que menos comió en su gloriosa vida con los dineros de la Nación".

Manuel Belgrano, uno de los más notables economistas argentinos, precursor del periodismo nacional, impulsor de la educación popular, la industria nacional y la justicia social entre otras, fue mucho más que el creador de nuestra bandera celeste y blanca, porque las banderas de Belgrano han sido la de la honestidad, la coherencia, la humildad y la dignidad.

Susana Espósito - Publicada el Martes 05/11/19 - 1546 caracteres