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    A caballo regalado le miran los dientes

    Debido a la urbanización de la Villa 31, que tanto ha crecido en los últimos años y que está llevando a cabo el Gobierno de la Ciudad, salimos a preguntar a algunos vecinos de Recoleta y Retiro, qué opinan al respecto, sobre todo sabiendo que algunas de las familias que habitan la mencionada villa están disconformes por la relocalización que se está realizando.

    Villa 31Los habitantes de la Villa 31, cuyas casas se verán afectadas por la traza de la nueva autopista Illia, que correrá en paralelo a las vías, comenzaron a ser reubicados en nuevas viviendas. Son 118 familias que deben mudarse, dejando el lugar en el que vivieron más de una década, para habitar nuevos departamentos que comenzarían a pagar a partir del momento en que cuenten con el título de propiedad.

    El proceso de urbanización de la Villa significa una tarea enorme y compleja, ya que además de la construcción de departamentos, se hacen redes de agua y cloacas, tendido eléctrico y pavimento. Asimismo, la mudanza, aunque parezca mentira, genera desconfianza y disconformidad en quienes irán a vivir a las nuevos departamentos, que Pablo Vitale, de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), justifica diciendo que “estas poblaciones han sido "víctimas" de promesas incumplidas de manera permanente”.

    También en diferentes sitios de la villa, ya se reconstruyeron canchas de fútbol, plazas, oficinas (de la Ciudad, la AFIP y la AGIP), centros de salud y se puso en valor la avenida Gendarmería Nacional, en donde todos los días decenas de micros llegan para llevar a los chicos a las escuelas. En ejecución: redes cloacales, pluviales, suministro de agua, electricidad, pavimento y alumbrado público, que estaría finalizado para 2019. Las próximas obras son: el polo educativo con tres escuelas, el Ministerio de Educación porteño, viviendas nuevas y el famoso parque en altura que se realizará sobre la actual traza de la Illia.

    Consultados algunos vecinos del barrio de Retiro y de Recoleta, acerca del tema, muchos se preguntan: ¿cuáles fueron esas promesas incumplidas?, teniendo en cuenta que esa villa nació y creció desmesuradamente, desde Retiro hasta Recoleta, en terrenos que fueron usurpados y que albergan un alto porcentaje de delincuentes, razón por la cual ni las ambulancias quieren ingresar, debido a la inseguridad reinante. Asimismo, gente indocumentada, extranjera, que ingresa a nuestro país, sin ningún control y creyéndose con derecho a exigir lo que ni siquiera obtienen en sus países de origen.

    Parece que los moradores de las Villas 31 e Illia, se han quejado porque, en algunos casos, no fueron informados sobre la relocalización. Según Pablo Vitale, la falla estuvo en el proceso de concientización sobre la relocalización, agregando que se trabajó mal la participación ciudadana, a pesar de haber acordado con vecinos (de la villa) y especialistas, la traza de la nueva autopista Illia.

    Los vecinos de los citados barrios, también se preguntan: ¿y a nosotros quién nos consultó si estamos de acuerdo con la instalación de la villa frente a nuestros edificios, por los que pagamos sumas importantes y altísimos impuestos?

    Los nuevos edificios que ocuparán las 118 familias son los azules, en la zona llamada "la containera", a la altura de la Facultad de Derecho. Según trascendidos, quienes los ocuparán "no están conformes con la construcción"... Esa disconformidad fue tenida en cuenta y generó que la Secretaría de Hábitat e Inclusión, haya considerado cambiar el tipo de construcción y se haya decidido que los próximos departamentos sean de ladrillos.

    El Ministerio Público de la Defensa (MPD) participa y "monitorea" las reuniones y avances de esta etapa; el organismo incluso posee oficinas en la villa. "Estamos ante un período de conflicto, así es, pero es en estos momentos cuando debemos ser más ecuánimes que nunca, mediar y apaciguar ánimos", opina Lorena González Castro Feijoó. "Es verdad que los vecinos no fueron escuchados respecto de la traza de la autopista, las relocalizaciones y el método de construcción; sin embargo, es necesario comprender que no hay derecho vulnerado cuando se mejora el hábitat. El Gobierno hizo uso de su discrecionalidad técnica y eligió construir con un método que los vecinos no hubieran elegido y que quizá, por una cuestión cultural, nadie elegiría". Desde el MPD realizaron informes técnicos con tres arquitectos y concluyeron que el material es seguro y con mejor performance que la construcción tradicional.

    Jorge, que vive en un edificio de Av. del Libertador dijo: "Resulta curioso que esta reubicación que será más que beneficiosa para ellos, genere quejas".

    La defensora Castro Feijoó justificó esas quejas diciendo que "son cambios importantes, pasan de una casa a un departamento y estarán obligados a convivir, compartir escaleras, tirar la basura dentro de los horarios convenidos, mantener la limpieza. Las urbanizaciones obligan a realizar estos cambios, que son necesarios. Estas pautas de convivencia se irán adquiriendo poco a poco".

    María del Carmen, otra vecina, se ríe irónicamente y nos dice: "Los cambios importantes son para nosotros, que nos obligaron a convivir con una villa, algo impensado cuando compramos nuestro departamento en Recoleta" y agregó: "Es insólito que se hable de los cambios como si fuesen traumáticos, cuando vivieron más de una década donde no les correspondía, donde no pagaron un centavo y ahora les genera conflicto vivir en un departamento porque tendrán que adaptarse a vivir como corresponde?".

    La pregunta que se reitera entre los vecinos de Retiro y Recoleta, es ¿quién los tuvo en cuenta a ellos?, habitantes de los barrios más coquetos de la ciudad, donde más cotiza el metro cuadrado, que han pagado por ese privilegio y desde hace varios años, abren sus ventanas con vista a la Villa 31, algo lamentable y poco grato, ya que no estaba previsto que eso ocurriera y se permitiera, pero otro tema serio es que se sienten inseguros, sabiendo que (según sus dichos) la villa es aguantadero de todo tipo de delincuentes.

    Para la integración de la villa de Retiro, la más visible de todas, el Gobierno cuenta con créditos internacionales y un presupuesto que rondará los $ 6.000 millones.


    Susana Espósito - Publicada el Lunes 15/01/18 - 6242 caracteres