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Limpieza de la Araña del Teatro ColónLa semana pasada, se realizaron los trabajos de limpieza, restauración y reposición de lamparitas de la imponente araña del Teatro Colón. Estas tareas se hacen una vez al año y a veces, si es necesario, dos veces. Todo comenzó muy temprano, a las 8.30 cuando, mediante un sistema de poleas mecánicas, comenzaron a bajar la araña, que tiene cinco metros de diámetro, casi cuatro de altura, pesa 1.300 kg y cuenta con 571 lámparas. Esta tarea de puesta a punto llevó más de seis horas. Este fabuloso artefacto lumínico fue creado en los talleres de la empresa Esteban y Luis Azaretto, también autores de algunas lámparas del Congreso de la Nación. La araña del Colón fue colocada en 1908, poco antes de la inauguración del coliseo y cuando se realizó la restauración del Teatro y su puesta en valor, para el bicentenario de la Revolución de Mayo, el artesano Juan Carlos Pallarols fue quien estuvo a cargo de la reconstrucción de las tulipas y otras partes faltantes de la araña, debido al poco mantenimiento que había tenido hasta entonces. Una parte que la compone queda amurada al techo, no se baja; tiene 7,30 metros de diámetro y en el caso de necesitar una reparación, los trabajos se hacen in situ. Ese plafón: esconde un pequeño corredor de hierro, con barandas, con suficiente lugar como para que músicos y coreutas puedan desde allí interpretar voces y sonidos celestiales cuando una representación lo requiere. Para la limpieza no se utilizan limpiadores ni elementos líquidos. Se realiza mediante unos guantes-plumero especiales y franelas, que permiten retirar el polvo y sacar el brillo natural. Las lamparitas se cambian en su totalidad, aún cuando la mayoría funcionaban. Alrededor del mediodía se habían cambiado todas las lamparitas y se continuaba trabajando en la limpieza de las tulipas y todas las partes de la luminaria. Antes de elevarla, acostumbran a encender y apagar las luces, luego se dejan enfriar y se repite lo mismo otras dos veces. Cuando se verifica que todo está en orden, se vuelve a izar. Ahora, el Teatro Colón, recientemente distinguido como el mejor teatro lírico del mundo, luce nuevamente su bellísima araña, realzada por las cincuenta y una figuras que en la cúpula pintó el artista plástico, Raúl Soldi, jerarquizándola aún más. Susana Espósito - Publicada el Lunes 05/11/18 - 2310 caracteres |