Del fusilamiento de Camila O`Gorman al desafuero de Cristina
El 18 de agosto de 1848 fueron fusilados Camila O’Gorman y el ex sacerdote Ladislao Gutiérrez, quien había abandonado los hábitos para huir con la joven. Fueron fusilados en Santos Lugares por orden de Juan Manuel de Rosas y este sábado se cumplen 170 años.
En esta semana, en que el Senado de la Nación debía tratar y aprobar o no los allanamientos a las propiedades de la ex presidente, Cristina Kirchner y también su desafuero, no se logró el quorum necesario y por segunda vez, fracasó el pedido del juez Bonadío, que no solo solicitó el permiso para allanar, sino que también pidió la prisión preventiva de la actual senadora, que por sus fueros está protegida.
Esto nos hace pensar en la diferencia en la aplicación de las leyes en tiempos de Rosas y actualmente. Camila mandada a fusilar por el pecado de huir con un sacerdote y en la actualidad, la existencia de sacerdotes corruptos y pedófilos que aún siguen vistiendo sus hábitos y una ex presidente que tiene varias causas en las que los arrepentidos de los últimos tiempos, implicados en el tema, no dudaron en acusarla, pero... la justicia está ciega, porque parece no ver; está sorda porque no escucha las declaraciones que la inculpan, ni el reclamo de justicia de la sociedad y está muda y demasiado lenta para juzgar y condenar con firmeza tanta corrupción.
Volviendo a Camila y recordando su triste final, la joven había nacido en Buenos Aires el 9 de julio de 1828. Tenía diecinueve años cuando conoció al párroco del Socorro, Ladislao Gutiérrez, llegado de Tucumán. La joven cantaba en las celebraciones religiosas y trataba al sacerdote en su casa, que él frecuentaba.
El primer encuentro entre él y Camila fue en la Iglesia del Socorro del barrio de Retiro, mientras ella le confesaba sus pecados, ya que él era su confesor.
La afinidad espiritual se transformó en amor y la pareja decidió huir de Buenos Aires, el 11 de diciembre de 1847. Allí embarcaron con la complicidad del patrón del barco y llegaron a Goya, Corrientes, en tanto eran buscados por pedido del padre de Camila.
La pareja se instaló en Goya y conquistó la simpatía de la población, que envió sus niños a la escuela que habían establecido.
Algunos meses después, un sacerdote, de paso por el pueblo, reconoció a Gutiérrez y lo denunció. Informado Rosas, dispuso que fuesen traídos a Buenos Aires con grillos e incomunicados.
Se cree que Camila escribió a Manuelita Rosas, pues existe una carta de la segunda, fechada en Palermo el 9 de agosto, en la que le decía haber intercedido ante su padre y le recomendó fortaleza.
Los prisioneros fueron encarcelados en Santos Lugares. Manuelita había comprado muebles para la celda de Camila, pero su intervención ante Rosas no tuvo efecto, pues este ordenó que los reos fuesen fusilados al día siguiente de su llegada.
La sentencia se cumplió el 18 de agosto de 1848, ante el horror de la familia de Camila, que no esperaba este desenlace. La condenada recibió el "bautismo por boca", "por las dudas si había preñez", según rezan los documentos de la época, y la ejecución revistió perfiles dramáticos por ser la primera vez que una mujer sufría la pena de muerte, un tema que sentó precedente.
Susana Espósito - Publicada el Sábado 18/08/18 - 3185 caracteres
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