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    Cuando se castiga el cumplimiento del deber

    Hace algunas semanas, un turista fue apuñalado en el barrio de la Boca y salvó su vida de milagro. Un policía que intervino en el hecho, Luis Oscar Chocobar, persiguió a los delincuentes, mató a uno de ellos y ahora sufrió un embargo de $ 400 mil y es procesado por homicidio.

    Según fuentes judiciales, el procesamiento fue dictado por el Juzgado de Menores Nº 1 de la ciudad de Buenos Aires, que se hizo cargo del caso debido a que el cómplice del asaltante fallecido tiene 17 años. Para la justicia, el policía cometió exceso en la legítima defensa, disparando contra dos asaltantes, que apuñalaron a Frank Joseph Wolek, en la esquina de Olavarría y Garibaldi. Parece insólito que se castigue a quien cumple el deber de proteger a un ciudadano.

    ¿Es realmente exceso tratar de detener a quienes casi matan a una persona para quitarle sus pertenencias? ¿Qué debía haber hecho el policía que vio una situación de violencia extrema en la que una persona queda mal herida, tendida en la calle y ve escapar a quienes cometieron ese delito? ¿Cuál es la autonomía de un policía y si no puede actuar ante una situación así, para qué está? Estos son solo algunos de los interrogantes que surgen en gran cantidad de porteños, cuando vemos que la policía parece algo decorativo. Van a los piquetes y solo están formados, estáticos, con sus escudos y cómo simples observadores de pintadas y víctimas de pedradas e insultos que no pueden repeler porque se considera "represión o exceso de autoridad".

    Así nunca se va a combatir la delincuencia. Ya que pretendemos asemejarnos a los países desarrollados, tratemos de imitar aquellos modelos que lograron buenos resultados.

    Chocobar, que estaba de civil y se dirigía a tomar su servicio en Avellaneda, advirtió cómo los asaltantes apuñalaban a Wolek, dio la voz de alto y comenzó a perseguir a los sospechosos, que huyeron sin concretar el robo. En un tramo de la persecución, Chocobar disparó contra uno de los sospechosos, que habría sido identificado como Pablo Kukoc. A partir de la reconstrucción que la Justicia realizó del violento episodio se determinó que el balazo que causó la herida mortal habría sido disparado por la espalda. Este informe de la autopsia fue uno de los elementos con los que se sustentó el procesamiento.

    El policía pasó cuatro días detenido y fue liberado después de haber sido indagado, mientras que los médicos del Hospital Argerich le salvaron la vida a Wolek.

    Antes de cumplir 18 años, Kukoc fue procesado como menor por intento de robo, primero, y por robo agravado en poblado y en banda, después. A pesar que se trata de un delito grave, en el Juzgado de Menores Nº 1, no se ordenó la detención del imputado, quien seis meses después de ese procesamiento apuñaló al turista. Sin embargo, el mismo juzgado procesó al policía que intervino en el ataque, cometido por Kukoc. El abogado que representa al policía presentó un recurso contra esa decisión.

    Actualmente, Chocobar enfrenta el proceso en libertad y trabaja en la Jefatura Departamental de Avellaneda, aunque se le asignaron tareas administrativas y tiene prohibido realizar patrullajes en las calles. La fuerza de seguridad le asignó un abogado para que lo represente.

    Una manera incomprensible de castigar en lugar de premiar a quienes arriesgan su propia vida, en cumplimiento del deber.


    Susana Espósito - Publicada el Lunes 05/02/18 - 3356 caracteres