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Nuevo Código de Edificación el bidet opcionalHace pocos días, la Legislatura porteña aprobó algunas modificaciones del Código de Edificación, como la regulación de la altura de los edificios y algo que también incluyó es que a partir de ahora, no será obligatorio instalar bidet en las viviendas y tampoco en hoteles. Increíblemente, los argentinos hemos adoptado el uso del bidet, como pocos en el mundo. Tal es así, que esta costumbre de higiene íntima está tan arraigada en nosotros casi como lavarse los dientes y es una de las cosas que más extrañamos cuando viajamos, ya que pocos hoteles en el mundo cuentan con bidet. Esta novedad del Código de Edificación que sancionó la Legislatura porteña dice que en el caso de los hoteles, además de no tener obligación de tener bidet en sus baños, también establece como opcional la colocación de bañeras. Aunque la norma aún debe pasar por una audiencia pública y una segunda lectura, el oficialismo cuenta con los votos para aprobarla antes de fin de año. Hasta ahora, las viviendas particulares debían incluir el bidet, por ley. Así lo confirmaron en la Comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura y así se exige, por ejemplo, cuando un desarrollador presenta los planos para construir un edificio, ya que se habla de baño completo: lavatorio, inodoro, bañera y bidet. A partir de la modificación del Código, la instalación del artefacto será opcional. Este cambio facilitaría que las futuras viviendas sean más pequeñas porque los baños podrán tener menos espacio. Por ejemplo, a partir de este nuevo Código de edificación, un monoambiente de aproximadamente 30 metros, podrían pasar a tener 21 metros. Esto puede tener más relevancia en el caso de los futuros hoteles y va en línea con lo que sucede en otros países, donde es poco común encontrar bidets, ni siquiera en los de categoría 5 estrellas. En algunos, son reemplazados por elementos similares a un duchador, o por implementos que se colocan en el inodoro. Resulta curioso que aunque el bidet nació en Europa en el siglo XVIII y originalmente los instalaban en los dormitorios, porque fue creado para lavarse después de tener relaciones sexuales y para los puritanos, usarlo era inmoral. En la actualidad, en muchos países europeos se lo considera "antihigiénico", o un artículo de lujo. Como perlita, podemos decir que “bidet” o “bidé”, significa caballo pequeño.
Por eso se le dio ese nombre a este artefacto, que la mayoría de argentinos usamos mal, ya que se lo conoce como bidet y fue creado para montarlo como a un caballo, algo muy razonable, ya que el modo correcto es sentarse mirando hacia la pared, con las canillas de frente. Descubrir que toda la vida estuvimos equivocados tal vez nos haga sentir un poco ridículos cuando tanteamos las canillas a nuestras espaldas para abrirlas o cerrarlas, algo muy incómodo. El arquitecto noruego, Alejandro Christophersen (1866-1946), quien, entre otras obras, proyectó el Palacio Anchorena, frente a Plaza San Martín (barrio de Retiro), tenía simpáticas anécdotas con respecto al bidet. Recordaba que un martillero lo describía como "un instrumento en forma de guitarra de uso desconocido" y que los puritanos consideraban que su empleo era inmoral. "Yo no soy una prostituta francesa", le retrucó una clienta cuando él le mencionó la posibilidad de instalar un bidet en su baño. "Un estanciero una vez se quejó con Christophersen, diciéndole que el lavatorio con ducha le resultaba incómodo para lavarse la cara". Susana Espósito - Publicada el Lunes 24/09/18 - 3722 caracteres |