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Villa 31:
¿A caballo regalado, se le miran los dientes?

La Villa 31 ubicada en la Ciudad de Buenos Aires, más precisamente en el barrio de Retiro, es un asentamiento que surgió en 1932 con el nombre de "Villa Desocupación" y a partir de allí se sucedieron diversos intentos de erradicación por parte de las autoridades, aunque nunca lograron eliminarla por completo y es así que su crecimiento fue incontrolable y estos son algunos datos que así lo demuestran:

Según el Censo realizado en 2010, la Villa 31 y 31 Bis compuesta por 100 manzanas, tenía 7.950 hogares, y señalaba que este asentamiento informal poseía 27 000 habitantes. Cuatro años después, según un artículo de opinión del diario La Nación la cantidad superaba los 40 000 habitantes en la Villa 31; casi el 51% de los habitantes proceden de otros países: 23,9% paraguayos; 16,6% bolivianos; 9,8% peruanos, sin embargo, según otra nota del mismo diario la cantidad de habitantes es de 35000. De la población en edad escolar, el 70% dejó la escuela. El 2,7% terminó estudios superiores. El 23% de las casas tiene más de dos pisos, el 35% sólo planta baja y el 42% PB y primer piso. En el caso de la villa, su crecimiento demográfico se explicaría, según un informe del diario La Gaceta por la fuerte ola inmigratoria proveniente de los países limítrofes.

Entre 2009 y 2013, la población de la Villa aumentó de 27.000 a 40.000 habitantes.

Lo cierto es que cuando comenzó la época de campaña para elegir Jefe de Gobierno de la Ciudad, en las reuniones que mantenía Macri y su equipo (que luego salieron ganadores, ocupando ese cargo por dos períodos consecutivos), uno de los temas que siempre remarcaba era que se iban a erradicar las Villas, un tema, que incluso el actual jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, avalaba.

Claramente, lejos de cumplir con aquella promesa, hubo un cambio rotundo y probablemente muy beneficioso para los políticos, que los llevó a urbanizarla y es así que los vecinos de los barrios de Retiro y Recoleta se sintieron bastante molestos, porque claro está que para vivir en esos barrios hay que invertir una suma importante y de pronto, encontrarse con la villa frente a sus edificios y la inseguridad que generó para los vecinos, no ha sido grato.

Lejos de estigmatizar y generalizar, porque en las villas vive un porcentaje de gente decente y trabajadora, nadie ignora que también es el refugio de ladrones, malandras y narcos que han ocupado terrenos ilegalmente y han vivido mucho tiempo colgados de la luz que no pagan. Asimismo han generado un buen negocio inmobiliario, porque para quienes llegan de países limítrofes y no cuentan con un recibo de sueldo ni garantía, era una opción alquilar "una pieza" por la que se paga casi lo mismo que un monoambiente en esos barrios. Un lindo currito para muchos.

Ahora, con este tema que para Larreta es prioritario: Urbanizar la villa, siguen los problemas, porque se les da la mano y quieren el brazo y el martes 10 de octubre, un grupo de integrantes de la 31 cortó las vías del San Martín, quejándose porque se les exige el pago de los materiales usados y la escrituración de las casas nuevas que se les dará y a las que no quieren mudarse.

Estas casas nuevas que se están construyendo son para relocalizar a algunos de los vecinos que ocupan el espacio por el que circulará la nueva autopista; otro impulso del Gobierno porteño, de este plan de obras con créditos internacionales y que no todos los vecinos aceptan porque no quieren pagar.

Como si fuese poco, varios de los que se sumaron a la protesta, lo hicieron a cara cubierta con pasamontañas, al mejor estilo piquetero. Una de las manifestantes dijo: “Ninguna de las familias que estamos acá quiere irse. Hace años que estamos; hay gente que construyó sus casas”.

Parecen no entender que construyeron en un espacio público que es de todos, algo ilegal que el gobierno, al no erradicarlos en el momento justo, provocó un desbande y ahora no se puede detener.

La misma mujer indicó que “muchas familias viven en casas de materiales y nos quieren mandar a otras de durlock y chapa”. Además, “nos quieren hacer pagar la tierra y que la escritura sea de 30 años”, agregó.

Muchos porteños vemos inaceptable el avance de las villas y mucho más inaceptable es que los inmigrantes que llegan a nuestro país exijan cosas que no han exigido en sus países de orígen.

Argentina siempre ha sido un país de puertas abiertas, pero también es cierto que nuestros abuelos inmigrantes vinieron a hacerse la América, TRABAJANDO. No existían los planes sociales ni los piquetes, Se trabajaba!!! y así se fue construyendo nuestro país.

Las viviendas, a las que algunos no quieren mudarse, se realizan sobre terrenos donde funciona un depósito de contenedores, a la altura de la Facultad de Derecho, cruzando las vías y la calle Quiroga y según fuentes vinculadas a los trabajos, se trata de 46 casas, con 2 y 3 dormitorios. Tienen planta baja y 2 pisos, revestidas en chapas hacia el exterior y roca de yeso hacia el interior. En las terrazas, colocaron paneles solares.

“La Ciudad de Buenos Aires viene organizando mesas en las que participan funcionarios, urbanistas, etcétera. Ahora esas reuniones a las que convocan a los vecinos son para que los funcionarios, que expliquen a los propios habitantes cuál es el futuro del barrio, según afirmaron desde la Defensoría del Pueblo de la Ciudad.

Habría que explicarles también que deberían agradecer que no se los saque de allí, donde tomaron tierras y se instalaron ilegalmente y que "a caballo regalado no se les miran los dientes", pero si se los miran y no les agrada, nadie les impedirá volver a sus países de origen para pedir a sus gobiernos que se hagan cargo como correspondería.

Susana Espósito - Publicada el Jueves 12/10/17 - 5713 caracteres