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Rompan que los trabajadores pagan

La votación de la reforma previsional generó marchas en contra de la misma y como suele ocurrir, no fue pacífica, todo lo contrario y los violentos y vándalos de siempre, destruyeron la Plaza de Congreso, que hace tres meses había sido totalmente puesta en valor y reinaugurada, habiendo demandado una inversión de $ 59 millones.

Esta reforma tan contradictoria, que nadie comprende con total claridad, aunque funcionarios del oficialismo han dicho infinidad de veces que será beneficiosa para los jubilados, pero periodistas y simples ciudadanos, sabemos que 2 + 2 es cuatro, por más que pretendan mostrarnos otro resultado. Si se prometieron cuantiosas partidas a las provincias y se sabe que saldrán de la caja de los jubilados, está claro que lo que les dan a unos se lo sacan a otros.

Hubo mucho enojo genuino pero también fue aprovechado por agitadores que lo único que pretenden es destituir un gobierno democrático, votado por una mayoría y aunque guste o no, es nuestro deber ciudadano respetar la democracia y que pueda cumplir su mandato.

Es triste ver imágenes tan dolorosas de una especie de batalla campal entre manifestantes y la gendarmería (el jueves14 de diciembre) y la policía (el lunes 18 de diciembre). En el primer caso se criticó la situación en la que muchos vieron un exceso de efectivos y se calificó de represión cuando los gendarmes trataron de frenar el ataque y luego, el lunes, la Policía recibió órdenes de resistir y no reaccionar, a tal punto que casi cien efectivos (mujeres y hombres) sufrieron heridas de diferente consideración.

Sería bueno que los legisladores, esos que tanto nos mienten, al menos dejen de hacerlo diciendo que gendarmería y la policía iniciaron "la guerra". ¿Qué canal estaban mirando? No pueden mentir ante la evidencia de las imágenes transmitidas por todos los canales y viendo en algunas de las mismas, a algunos legisladores que arengaban a los vándalos a acercarse e incluso, de haber sido posible, era una invitación a ingresar al Palacio Legislativo. Todo era válido para evitar que sesionaran.

Lo cierto es que al finalizar "la batalla", todo quedó destruido y nuevamente el gasto de esa terrible vandalización, como siempre, deberemos pagarlo los que trabajamos, pagamos impuestos y solventamos subsidios para esas personas que ponen toda su energía en arrojar piedras, proyectiles, romper a martillazos veredas, quemar coches, destruir vidrieras, quemar contenedores, etc. Qué bueno sería que pongan esa energía en trabajar y que a los que trabajamos y pagamos los gastos nos dejen circular en paz por la ciudad.

Susana Espósito - Publicada el Martes 19/12/17 - 2613 caracteres