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Noche de Shopping,
cuando la gente enloquece

El viernes 23 de diciembre hubo noche de shoppings, para que la gente pudiera hacer sus compras de último momento y por ello, los locales extendieron su horario de atención hasta las cuatro de la madrugada, ofreciendo algunas rebajas importantes. Lo cierto es que hubo largas filas, empujones y caos por comprar el día antes de la Nochebuena.

Según pudo observarse, los artículos más vendidos han sido juguetes y ropa.

La pregunta es: ¿por qué esperar a último momento para salir a hacer la compra de los regalitos, sabiendo que es un caos de gente y finalmente se compra a las apuradas y mal? ¿Por qué la gente, muchas veces se engaña con los promocionados descuentos si actualmente, casi todos los shopping, ofrecen todos los días descuentos con diferentes tarjetas? y lo que es peor, muchas veces un producto que está a un determinado precio, durante los días de descuento es aumentado y finalmente, con el descuento, se paga el mismo precio que tenía antes de ese aumento.

Este evento se realiza hace más de veinte años y se promociona como un beneficio para el bolsillo, que no siempre es así, sobre todo si evaluamos el costo-beneficio. La gente enloquece, camina acelerada, se atropella, se malhumora por la espera en largas filas; todo como si fuese a acabarse el mundo, al menos eso parece cuando por megáfono anuncian: "a correr que se terminan las ofertas" y la gente, como ganado al que le abren la tranquera, sale corriendo, tal cual le indican. Finalmente, lo que debería ser relajado, un paseo para comprar sin apuro, mirando, comparando y pensando en el destinatario del regalo, se convierte en una pesadilla.

Lo mismo ocurre cuando se realiza La Noche de los Museos y vemos tremendas filas para ingresar gratis. Parece que la gente no sabe o no recuerda que gran parte de los museos tienen entrada gratuita y otros, tienen un día a la semana gratis, por lo cual, se pueden visitar con más tranquilidad, sin tumultos ni el bullicio que no permite observar una obra con detenimiento y poder disfrutarla.

Estas experiencias deberían capitalizarse y ser previsores para años venideros. Lista en mano, personas a las que queremos regalarles y qué se nos ocurre para obsequiar a cada una de ellas, entonces, semanas antes de las fiestas, nos regalamos nosotros |un paseo, miramos vidrieras y comparamos precios, vamos comprando lo que resulta conveniente, paramos a tomar un café, un refresco o un helado y lo que no encontramos ese día, lo buscamos otro, pero con tiempo, disfrutando la previa de la Navidad y sin enloquecer, para comprar mejor.

Susana Espósito - Publicada el Lunes 25/12/17 - 2591 caracteres