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    Mirador público en el Hotel de Inmigrantes

    El Hotel de los Inmigrantes se encuentra situado en Avenida Antártida 1355, en el barrio de Retiro, inauguró un mirador público que permite obtener una espléndida vista del río. Sumó dos ascensores vidriados desde los que puede apreciarse la costanera y el puerto de Buenos Aires.

    El Hotel fue construido para recibir, prestar servicios, alojar y distribuir a los miles de inmigrantes que, procedentes de todo el mundo, arribaban a nuestro país. El complejo estaba conformado por diversos pabellones destinados al desembarco, colocación, administración, atención médica, servicios, alojamiento y traslado de los inmigrantes. El alojamiento era gratuito, por cinco días, por "Reglamento", pero generalmente se extendía por caso de enfermedad o de no haber conseguido un empleo.

    Fue proyectado por el arquitecto Johannes Kronfuss y comenzó a construirse en el año 1906, por la empresa Udina y Mosca. En primer lugar se construyó el desembarcadero, luego la oficina de trabajo, la dirección, el hospital, y por último el hotel. Mientras se llevaban a cabo las obras, los inmigrantes comían y dormían en lo que había sido el panorama de Retiro, conocido como la "Rotonda", a pocas cuadras de la nueva edificación.

    Una vez construido, funcionaba de la siguiente manera: Ni bien desembarcaban, los inmigrantes iban caminando hasta allí, donde eran alojados. Cada uno de estos edificios cumplió una función determinante en la organización general de las tareas vinculadas a la inmigración. El hotel tenía cuatro pisos, en la planta baja se ubicaba el comedor y en los otros pisos estaban los dormitorios. Cabe destacar que el hospital estaba equipado con los elementos más modernos de su época. Allí se atendía los miles de inmigrantes que arribaron a Buenos Aires afectados, sobre todo, por enfermedades vinculadas a las vicisitudes del viaje y la mala alimentación.

    En 1990, durante la gestión del Presidente Carlos Saúl Menem, por Decreto n° 2402, fue declarado Monumento Histórico Nacional.

    Actualmente, ese emblemático lugar al que seguramente llegaron nuestros abuelos es el Museo de la Inmigración, donde se exhiben todos los muebles y elementos que se utilizaban allí, cotidianamente y ahora, estos nuevos ascensores vidriados son una especie de balcón hacia la dársena norte del puerto de Buenos Aires.

    Son ascensores cuyas cabinas tienen capacidad para nueve personas y llegan a una altura de 19 metros. Hay una escalera de escape a cielo abierto. Construido a partir de una fundación de pilotes y platea de hormigón armado, una estructura de perfiles laminados de hierro de casi 70.000 kilogramos, losas de 45.000 kilogramos y un cerramiento de vidrio laminado templado de seis milímetros incoloro.

    La instalación estuvo a cargo del estudio Soler Lama y tuvo un costo de unos $ 10.000.000, que provinieron mayoritariamente de fondos de la Universidad Tres de Febrero (Untref), del Ministerio de Educación y de la Dirección Nacional de Migraciones, organismo que funciona en un sector del mismo edificio. El proyecto cuenta con la evaluación y aprobación de la Comisión Nacional de Monumentos y Patrimonio Histórico de la Nación, ya que el hotel fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1990.

    Entre los proyectos que impulsa su universidad está el de construir una confitería en el sector verde comprendido entre el hotel y el Dique 4.

    El acceso al Museo de la Inmigración y a sus ascensores-mirador es público y gratuito. Está abierto de martes a domingos, de 12 a 20.


    Susana Espósito - Publicada el Jueves 23/02/17 - 3510 caracteres