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    Desde 01/01/2016




    La Confitería del Molino y la historia sin fin

    Situada en la esquina de las avenidas Rivadavia y Callao, fue proyectada por el arquitecto Francisco Gianotti, responde al estilo Art Nouveau y se inauguró en 1917. Ha sido un lugar emblemático al que concurría la alta sociedad porteña e incluso, la mayoría de los legisladores del Congreso de la Nación, que se encuentra enfrente.

    Lamentablemente, cerró sus puertas el 23 de febrero de 1997 y desde entonces, el edificio se fue deteriorando y está a la espera de ser rescatado, aunque hubo varios intentos frustrados y el tema ya se ha convertido en "la historia sin fin".

    En febrero de 2016, se había puesto en marcha un nuevo intento de recuperación, que según se informó oportunamente, estaría a cargo de Rogelio Frigerio. Luego, la propiedad se transferiría sin cargo al Congreso de la Nación. Así quedó establecido en el decreto 376/2016, publicado en el Boletín Oficial, con la firma del presidente Mauricio Macri, el jefe de Gabinete Marcos Peña y el ministro del Interior, Obras Públicas y Vivienda, Rogelio Frigerio. Sin embargo, nada ocurrió y el edificio sigue tapiado, agonizante y con una malla protectora por posibles desprendimientos, como ya ocurrió hace un tiempo.

    El Estado nacional gastó en marzo más de $ 180 millones en la compra de la histórica Confitería del Molino, pero no se hizo cargo aún de su puesta en valor. El envío desde el Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda al Congreso de unos $ 500 millones para la restauración y posterior transformación en un centro cultural con museo, como lo estipuló la ley de expropiación de 2014, todavía no se concreta.

    El inmueble, clausurado hace dos décadas, sufre graves patologías, típicas de las construcciones deshabitadas por tanto tiempo. "Sólo cuando Interior nos pase la partida podremos empezar a funcionar", dijeron fuentes del Senado. La Comisión Bicameral destinada al seguimiento del proceso de restauración tampoco se creó aún.

    Fuentes del ministerio que conduce Rogelio Frigerio explicaron que no fue incluida en el presupuesto de este año una erogación de fondos para las obras. Por lo tanto, la Presidencia o la Jefatura de Gabinete deberían reasignar una partida, hecho que consideraron poco probable.

    Lo inentendible para algunos vecinos es que se haya comprado el edificio y lejos de hacer algo por recuperarlo, sigue en estado de abandono y nadie hace nada.


    Susana Espósito - Publicada el Jueves 10/08/17 - 2403 caracteres