El sueño porteño

Viajar siempre es maravilloso porque significa conocer otras culturas, sus costumbres, su historia, arquitectura y las diversas expresiones artísticas.

Es bueno conocer cualquier lugar del mundo, pero fiel a mi sentir porteño, sigo pensando que no hay nada mejor que vivir en Buenos Aires, a pesar de lo mal que están algunas cosas que todos conocemos: los problemas de inseguridad, salud, educación, inflación, etc, etc.

Sin embargo nada me desalienta en mi enamoramiento por nuestra ciudad, con sus barrios tan distintos, su variada arquitectura, su oferta cultural, su excelente gastronomía, el tango y esas avenidas que nunca duermen, vigiladas por su firme e inamovible centinela: el obelisco.

Claro está que a pesar de eso, cuando viajo descubro en otras ciudades, algunas cosas que desearía que sucedan en Buenos Aires, por ejemplo:

La limpieza de las calles de Londres y sus casas y vidrieras de negocios sin rejas, las fachadas sin grafittis de la mayoría de las ciudades europeas, el poder sacar dinero de un cajero en la calle sin temor a que nos roben; el sistema de tickets en los subtes, donde nadie controla al usuario pero todos pagan su boleto; las reposeras en las plazas de Viena, que todos utilizan para disfrutar un momento de relax pero a nadie se le ocurre robarlas; las bolsas de plástico en cada esquina de las que se saca el periódico y se deja en una especie de alcancía lo que cuesta el diario y así podría seguir citando una lista de buenas costumbres, educación, respeto al prójimo y honestidad, que alguna vez también existieron en nuestro país y quedaron en el olvido.

Tomemos conciencia y entendamos que si pusiéramos en práctica esas viejas y sanas costumbres, todo sería mucho mejor.

Susana Espósito - Publicada el Miércoles 18/05/16 - 1730 caracteres