Palacio Leloir, la perla de Retiro

El Palacio Leloir, situado en la calle Libertad 1264, en el barrio de Retiro. Mandado a construir por Isabel E. de Ocampo, fue proyectado por el arquitecto Alejandro Christophersen en 1905, pero en 1914, aquella obra fue comprada por el matrimonio que formaban Antonio Leloir y Adela Unzué.

Leloir y Unzué se habían casado en agosto de 1900 en una gran ceremonia realizada en la iglesia de La Merced. De ese matrimonio nacieron cuatro hijos: Adela, Clara, Mercedes y Antonio, y en 1944 fue comprado por el Circolo Italiano.

Una elaborada y artística reja que lo separa de la calle, permite observar el patio de honor. Es decir: un jardín con entrada para carruajes que era una especie de antesala para llegar al palacio propiamente dicho.

Su gran fachada responde al estilo academicista francés, que se hace visible en su composición simétrica, con toques del Art Noveau que se aprecia en las columnas y la marquesina.

El palacio consta de planta baja y dos pisos. En su origen, la planta alta albergaba los dormitorios y tanto los salones como esos sectores están decorados con el estilo típico de esos tiempos: cielorrasos con molduras, mármoles y pisos de roble. Todos los herrajes y ornamentos son de bronce.

En 1944, la residencia fue comprada a la viuda de Leloir por el Circolo Italiano di Buenos Aires para instalar allí su sede. El club, fundado en 1873, cuando la colonia italiana en la Argentina ya superaba los 200.000 ciudadanos, lo compró después de vender su sede anterior que estaba en Florida casi Corrientes.

Los nuevos propietarios lo revalorizaron dándole brillo a las arañas de cristal, los mármoles y la boiserie hecha con maderas nobles. También actualmente resalta la biblioteca con vitrinas, en donde se guardan diccionarios y enciclopedias históricas vinculadas con la cultura italiana.

El Palacio alberga un restaurante cuyo nombre es "Circolo Massimo", especializado en alta cocina italiana que desde hace unos años funciona en la planta baja de la misma residencia. A la magia del edificio (donde se conserva desde el estaño original de la barra del bar hasta la espectacular vista al jardín que está en la parte de atrás del palacio, con un árbol centenario). También tienen salones para reuniones empresariales y fiestas sociales.

Desde mayo de 2008 el majestuoso edificio del Circolo Italiano fue declarado Sitio de Interés Histórico y Cultural, algo que tal vez Alejandro Christophersen nunca imaginó cuando lo diseñaba.

Susana Espósito - Publicada el Viernes 20/05/16 - 2481 caracteres