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La luna fue protagonistaEl sábado fue una noche romántica y la luna tuvo mucho que ver porque se celebró la Noche Internacional de Observación de la Luna y brillando con su mayor intensidad fue la protagonista que cautivó a todos los que se acercaron al Planetario, en el barrio de Palermo, para apreciarla. Este evento fue una iniciativa que se lanzó en 2010 y que cuenta con el respaldo de la NASA, la Sociedad Astronómica del Pacífico (San Francisco, California), el Instituto Lunar y Planetario de Houston, Texas, la misión LRO y la Night Sky Network. El objetivo en despertar la curiosidad y el asombro de la gente, que en esta fecha es convocada para apreciar a nuestro satélite y disfrutar una velada inolvidable. En el Planetario Galileo Galilei hubo telescopios disponibles, en forma gratuita, entre las 19.30 y las 22.30, a disposición de la gente que disfrutó este evento de observación, música, charlas didácticas y una pantalla de alta resolución en la que se proyectó la imagen de la Luna en vivo. Adhirieron a esta noche especial y de celebración de la Noche de la Luna: el Observatorio Astronómico de Mar del Plata, el de Rosario, el Club de Astronomía de Villa Mercedes, en San Luis, en el Planetario de Malargüe, en Mendoza, y en el club de observadores “Astroamigos” de Posadas, en Misiones, donde también hubo gran asistencia de personas. La luna siempre ha generado cierto misterio, misticismo, romanticismo e incluso esperanza. Ese halo de misterio fue plasmado en libros y films, cuando por ejemplo, la noche de luna llena traía aparejada la aparición del lobizón. Una leyenda sobre el séptimo hijo varón que se convertía en ese animal y aullaba mirando la luna. También genera cierto misticismo, pensamientos asociados a la religión, a la pureza de la virgen inmaculada. Su parte romántica, también cristalizada en películas, en las que una pareja sentada bajo un cielo de estrellas, se besa a la luz de la luna y una conmovedora historia de fe y esperanza fue la protagonizada por el desaparecido artista plástico, Carlos Páez Vilaró:
Páez Vilaró nunca perdió la esperanza de encontrar a su hijo con vida e incluso alguna vez comentó que había imaginado cierta forma de conectarse con él. Cuando la luna aparecía detrás de las montañas, pensaba que seguramente su hijo la estaba observando y sentía que era lo único que ambos podían ver en ese momento, sirviéndoles de espejo para mantenerse unidos. Esto generó que años después escribiera el libro "Entre mi hijo y yo, la Luna". Susana Espósito - Publicada el Lunes 10/10/16 - 2925 caracteres |