Vandalismo en el Parque Lezama

En los últimos días, la escultura de Diana Fugitiva, situada en un templete grecorromano, en Parque Lezama, apareció pintada con aerosol de color rojo, pero ya fue limpiada.

Después de varios años de abandono, el Parque Lezama había sido recuperado y con renovado mobiliario urbano, siendo reabierto en mayo de 2015, pero parece que lo bueno dura poco.

Hubo mucho debate acerca del enrejado de este hermoso espacio verde. Como suele ocurrir, algunos querían que se instalaran rejas para preservarlo y otros preferían que el lugar estuviese abierto, pero... así es que se pagan las consecuencias, ya que lamentablemente, en Buenos Aires, hay una falta de respeto hacia los monumentos, fachadas de edificios y mobiliario urbano, que se hace visible en esos grupos de vándalos que los deterioran o destruyen, a pesar de las cámaras de seguridad que instaló el Gobierno de la ciudad.

Además, de la escultura de Diana Fugitiva, también fue pintada una de las columnas del templete y firmada seguramente por el atacante, “Lautaro”, quien se debe sentir orgulloso de su obra.

Parque Lezama ha sido uno de los espacios verdes que ha sufrido varios actos similares. Cabe recordar el robo de Rómulo y Remo (de la escultura Loba Romana).

Vivimos en una sociedad a la que le cuesta tomar conciencia de los derechos y obligaciones, pero también han perdido el sentido de pertenencia, no se dan cuenta que estos espacios públicos, son de todos y están allí, para ser disfrutados por todos.

En varias ciudades del mundo colocan reposeras en sus parques para que la gente se siente a disfrutar un rato al aire libre, para hacer pic nic, para tomar un descanso entre un trámite y otro; pero las reposeras están allí, no se guardan de noche por temor a que las roben porque a nadie se le ocurriría hacerlo. Es cuestión de educación y aquí, parece no existir o dan muestra de buena educación, un mínimo porcentaje. Prueba de ello también es que, por ejemplo, el canil del Parque Lezama no es utilizado por nadie, los perros hacen sus necesidades donde les vienen ganas y los dueños se hacen los distraídos y no levantan la caca.

Yo me pregunto: si cuando viajamos nos adaptamos a las reglas de otros países, por qué no hacemos lo mismo en el nuestro y aprendemos a valorizarlo?

Demos el ejemplo para que los demás y quienes vienen de afuera nos respeten, porque justamente, se predica con el ejemplo, no podemos exigir lo que no hacemos.

Susana Espósito - Publicada el Lunes 08/02/16 - 2445 caracteres