Carnavales en tiempos de Rosas

A punto de finalizar los festejos del Carnaval en nuestra ciudad, donde se realizaron 27 corsos en distintos barrios, sabemos que muchas familias han asistido a los mismos y disfrutado de ellos.

Los corsos y el Carnaval son parte de la historia porteña y las murgas que desfilan por las calles toman gran protagonismo en los festejos, convirtiéndose en uno de los mayores atractivos.

El nombre de cada murga es inscripto en un estandarte que va encabezando el desfile. Es una costumbre tomada de las comparsas, que lo habían incorporado como parodia de los desfiles de bandas musicales o militares. Estas murgas ensayan durante todo el año, para lucirse cada año en la celebración del carnaval.

Sin embargo, hace más de cuatro décadas, además de los corsos, se acostumbraba jugar al agua y vecinos, grandes, chicos, cargaban sus baldes con agua para arrojarse unos a otros. Los más pequeños, también utilizaban pomos, pistolas que arrojaban agua y bombitas de agua.

Existen algunas anécdotas simpáticas que vinculan a personalidades de nuestra Historia con el carnaval, por ejemplo, Sarmiento, quien consideraba que era una fiesta popular que ayudaba a levantar el espíritu de la gente. Asimismo, no le molestaba que le arrojaran agua y se divertía muchísimo.

La costumbre del baile de máscaras fue suspendida en 1773, porque el párroco de la iglesia San Francisco consideraba que eran bailes obscenos y pecaminosos.

En tiempos de Juan Manuel de Rosas, se acostumbraban los juegos con el agua y también los bailes de máscaras, pero debido a que algunas veces, algunas personas resultaron lastimadas, sobre todo jugando con agua, fue cuando el 22 de febrero 1844, Rosas decidió por decreto abolir y prohibir el juego de Carnaval.

Susana Espósito - Publicada el Lunes 22/02/16 - 1753 caracteres