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  • Comidas de invierno con sabores de la infancia

    Comenzaron los primeros fríos y aunque los amantes de la vida sana y los que quieren conservar su silueta, seguirán comiendo verduras, frutas y pescados, también es bueno darse el gusto de consumir algo reconfortante, sabroso y calentito.

    Es interesante incorporar nuevos platos que han ido surgiendo con el correr de los años, pero aquellos sabores y aromas de la infancia son inolvidables y permanecen en nuestra memoria olfativa. Por ejemplo, aquellos ricos guisos de albóndigas con papas y arvejas o con arroz, un delicioso pastel de papas, un guiso de lentejas y ¿por qué no, un mondongo? Platos rendidores y económicos que no faltaban en ningún hogar.

    Hoy en día, vivimos tan apurados que no nos detenemos a pensar ni un segundo en el disfrute de una rica comida y darnos cuenta que los cinco sentidos deben activarse para apreciarla realmente: El ruidito de la cebolla y el morrón dorándose en el aceite de oliva, el aroma, los colores que se lucen en el plato servido, texturas que percibimos en la boca y el deleite de saborear un plato, que previamente, nuestros sentidos nos indican el resultado final.

    Pero además, es enriquecedor conocer el origen de las comidas y en cuanto a las albóndigas, se sabe que esta palabra proviene del árabe: al-bunduga, que significa "bola".

    Sin embargo, a pesar de su origen, hay versiones que aseguran que ya en el siglo IV, eran consumidas en Roma, acompañadas de una salsa garum (salsa licuada de pescados).

    Hoy en día es uno de los platos más universales que existen, tanto en Europa como en prácticamente todos los países de los continentes americano y asiático, hay una variación propia de esta receta, con matices y particularidades de cada región.

    No es un plato que requiera una elaboración complicada, ya que simplemente se trata de tomar con las manos, porciones pequeñas de carne picada, mezclada con huevo, sal, y los condimentos y especias que a cada uno le agrade. También se puede agregar un poco de queso rallado. Posteriormente se pasarán por pan rallado y luego se fríen. Podemos consumirlas así o incorporarlas a una rica salsa.

    Finalmente, cuenta la leyenda que el sultán Suleimán el Magnífico se dio un tremendo golpe en los dientes tras caer de su caballo, quedándole muy pocos dientes sanos. Su esposa Roxelana, para que su amorcito pudiera seguir gozando del cordero, ordenó que en palacio sólo se podría cocinar carne convenientemente triturada y los cocineros se pasaron años rellenando berenjenas, calabacines y sobre todo preparando köfte, que es el nombre turco para las albóndigas.


    Susana Espósito - Publicada el Lunes 09/05/16 - 2594 caracteres