Esperadas obras en el Teatro Cervantes
El sábado 5 de septiembre, el Teatro Nacional Cervantes cumplirá 94 años. Es uno de los teatros más lindos de la ciudad, pero el paso del tiempo dejó sus huellas y a pesar de que hace mucho tiempo se colocó una estructura tubular en su fachada, todavía no se ha restaurado.
Fue declarado monumento histórico nacional desde 1995 y debió ser cubierto de andamios hace ocho años para evitar que, como ya sucedió en otras ocasiones, un peatón resultara herido por el desprendimiento de alguna parte de su centenaria fachada.
La licitación pública Nº 4/2014 de la Secretaría de Obras Públicas que daba lugar a la restauración del edificio "debió darse de baja porque ninguna oferta se ajustó al presupuesto oficial", de algo más de $14 millones y aparentemente están por llamar a una nueva licitación, que ojalá prospere y logre devolver al Cervantes el esplendor de otros tiempos.
Es interesante recordar que fue mandado a construir por la actriz española María Guerrero y su esposo Fernando Díaz de Mendoza, matrimonio que no sólo empeñó su voluntad y toda su energía, sino su fortuna personal para concretar el proyecto de construir en Buenos Aires el estupendo coliseo, situado en la esquina de la calle Libertad y Av. Córdoba.
El diseño y la ejecución de las obras estuvo a cargo de los arquitectos Aranda y Repetto quienes, junto con la Guerrero, estuvieron de acuerdo para que la fachada del edificio reprodujera en todos los detalles a la de la Universidad de Alcalá de Henares, de estilo Renacimiento y columnas platerescas. La construcción y ornamentación del Cervantes demandó cerca de setecientas personas entre operarios y artistas, pero todo fue ideado, corregido y también modificado mediante la constante y sagaz vigilancia de María Guerrero.
El 5 de setiembre de 1921 se inauguró con gran pompa y con la señora Guerrero interpretando La dama boba, de Lope de Vega, una pieza que había marcado tantos momentos trascendentes de su vida.
Los altos costos de mantenimiento y la impericia de Fernando Díaz de Mendoza en el manejo administrativo derivaron en un fuerte endeudamiento. En 1926, cuando la deuda alcanzó una suma millonaria, los agobiados esposos propietarios del Cervantes sintieron que no tenían más alternativa que rematar el edificio en subasta pública.
De acuerdo a versiones de algunos historiadores, ante esa situación y persuadido por su esposa, Regina Paccini, fue el presidente Marcelo Torcuato de Alvear, quien dispuso que el Banco de la Nación adquiriese el teatro de María Guerrero para la Nación.
Susana Espósito - Publicada el Jueves 03/09/15 - 2562 caracteres
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