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El querido y abandonado Teatro Cervantes
Así como se han demolido algunas salas teatrales, por ejemplo el Teatro Odeón, donde luego se construyó una playa de estacionamiento, también otras salas fueron recuperadas y puestas en valor por el Gobierno de la ciudad. Sin ir más lejos, la importante reforma del Teatro Colón, que le devolvió su esplendor, también se recuperó el Teatro 25 de Mayo, en Villa Urquiza y otras tantas salas teatrales que para disfrute de los porteños han sido remodeladas y puestas en funcionamiento.
Sin embargo, el Teatro Nacional Cervantes, un ícono porteño, sigue esperando que el Gobierno Nacional decida finalizar obras que comenzaron hace ya ocho años y aún su vereda sigue con el andamiaje, porque no se termina de restaurar y por otro lado, interfiere el espacio público y la circulación peatonal.
Vale la pena destacar que es la única sala teatral dependiente del gobierno de la Nación, así como ocurre con el Hospital de Clínicas, en estado deplorable y el único centro hospitalario dependiente del mismo gobierno.
Esto comenzó en mayo de 2007, cuando se desprendió mampostería y desde entonces, el Ministerio de Cultura de la Nación promete una restauración que nunca llega.
Situado en la esquina de avenida Córdoba y Libertad, el Cervantes fue mandado a construir por el matrimonio de María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza, ambos eran actores españoles, que comprometieron su fortuna para financiar la obra; incluso el Rey Alfonso XIII colaboró en su construcción.
El edificio fue proyectado por los arquitectos Fernando Aranda Arias y Emilio Repetto y se inauguró el 5 de septiembre de 1921. Está considerado el segundo teatro, en importancia, después del Teatro Colón.
Gran parte de los materiales utilizados para su construcción, fueron traídos de España: los azulejos, de Valencia; las locetas rojas del piso, de Tarragona; las puertas de los palcos, de Ronda; butacas, espejos, bancos, rejas, herrajes y azulejos, de Sevilla; lámparas y faroles, de Lucena; y la pintura para el techo, de Barcelona.
La fachada es de Estilo Plateresco y está inspirada en la de la Universidad de Alcalá de Henares, ciudad natal de Miguel de Cervantes Saavedra.
Debido a la crisis económica del matrimonio Guerrero, que habían invertido muchísimo dinero en la construcción, cinco años después de su inauguración, estuvo a punto de ser rematado y fue el presidente de la Nación de aquellos tiempos, Marcelo T. de Alvear, quien convencido por su esposa, la cantante lírica, Regina Pacini, nacionalizó sus deudas y lo salvó. En 1961 un incendio devoró gran parte de las instalaciones –incluso el telón, confeccionado en Madrid– y las obras de reconstrucción demandaron siete años. Allí se instalaron las funciones propias de la operación del teatro, como los talleres de carpintería, de escenografía, costura y decorados, entre otras cosas.
En mayo de 2007, debido a que se habían constatado algunos desprendimientos de su fachada, se colocó el andamiaje que aún permanece allí, con la intención de realizar los trabajos correspondientes, pero pese a las promesas para restaurarlo, por dentro y por fuera, las obras no avanzaron y nadie puede decir cuándo quitarán la estructura.
A través de un pedido de informes, el director del Teatro, Rubens Correa, admitió que el retiro de los andamios depende de los trabajos de restauración, que no tienen fecha ni plazo: “El año pasado, a través del Ministerio de Planificación Federal, se realizó un llamado a licitación, pero el resultado de la misma fue negativo, debido a que hubo un único oferente y el monto superaba el presupuesto disponible para dichos trabajos.
El funcionario dice que está trabajando en el replanteo de la situación, a fin de realizar un nuevo llamado a licitación.
Susana Espósito - Publicada el Jueves 14/05/15 - 3748 caracteres
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