Sorpresas, bailes y llantos ante los resultados

Luego de una larguísima campaña que dejó exhaustos a los candidatos y abrumados a todos nosotros, por tanto spot publicitario, carteles en las calles y recorridas por todos los programas, llegó el día de las elecciones y hubo sorpresas.

El gran candidato, según encuestas variadas, era Daniel Scioli, quien cuenta con el apoyo del oficialismo, y en la provincia de Buenos Aires, veían ganador a Aníbal Fernández, pero... no fue lo que esperaban.

El domingo a la mañana, mostraron en los noticieros el momento en que fueron a votar los tres candidatos con mayores posibilidades de acceder a la presidencia. Massa y Scioli aproximadamente a las 10 horas y Macri alrededor de las 11, con la típica factura para quienes están en la mesa donde sufraga. Massa muy medido en sus comentarios, Macri también, pero Scioli, ante una pregunta, parecía seguir en campaña "con fé, con esperanza" y adhiriendo a lo que según él, le había dicho el Papa Francisco y el iba a aplicar: Las tres t, tierra, techo y trabajo. Claramente estaba violando la veda electoral, aunque no le sirvió de mucho.

A las 18 horas finalizaron los comicios y se esperaba que al menos a las 21 se dieran los primeros resultados y, a las 23, porcentajes más certeros, pero no fue así. Todos los medios televisivos manifestaban su indignación por la falta de datos y exigían que se informara, pero recién minutos antes de la medianoche y para sorpresa de todos, los porcentajes indicaban que en la provincia, María Eugenia Vidal superaba por cinco puntos a Aníbal Fernández y Macri le sacaba dos puntos a Scioli. Parecería que conociendo los números, que no favorecían a quienes pensaban ganadores y se ocultó hasta el último minuto, la decisión de la gente que se manifestó en las urnas.

Uno de los comentarios que se generalizó en los medios fue el discurso que dio desde su bunker, cuando todavía no se habían dado a conocer los resultados y agradeció como si ya fuese presidente a quienes lo habían votado, tiró algunos palitos para su adversario, resaltó sus bondades y convocó a los indecisos para que lo voten, dando por sentado que habría ballotage.

En el bunker de Cambiemos, en Costa Salguero, una vez enterados de los primeros resultados, todo fue alegría y festejo. En el bunker del Frente para la Victoria hubo desilusión, lágrimas y en pocos minutos, el Luna Park se vació.

El gran ausente, que no apareció por ningún lado fue Aníbal Fernández; el mismo que había minimizado y desvalorizado a la candidata de Cambiemos, diciendo que para él, esta elección era solo un trámite... se veía ganador absoluto!!! Lo cierto es que se retiró del Hotel Intercontinental, por la puerta trasera y con el rabo entre las piernas, sin hacerse ver.

¿Qué dijo Aníbal, el lunes a la mañana? Que aceptaba la derrota, felicitaba a Vidal y que tal vez era el momento de correrse, aunque nunca se irá de la política y podrá colaborar con los más jóvenes. Asimismo agregó que algunos de su partido hicieron todo lo posible para que no les fuera bien...

Ahora habrá que esperar al 22 de noviembre, escuchando y viendo a los dos candidatos hasta en nuestro plato de sopa o al abrir la heladera o el microondas, apareciendo allí y diciéndonos que los votemos. Llegado el día, habrá que volver a votar, para saber quién será el ganador del ballotage, que llevará a Macri o Scioli al codiciado sillón de Rivadavia.

Susana Espósito - Publicada el Lunes 26/10/15 - 3401 caracteres