Recordando a San Martín

El lunes 17 de agosto se cumplieron 165 años del fallecimiento del Gral. San Martín y por ello, muchas personas aprovecharon la oportunidad para ir a visitar algunos lugares que han tenido que ver con el héroe máximo de nuestra Patria.

Todos sabemos que la Plaza San Martín, en el barrio de Retiro, es una de las más bellas de la ciudad y en la misma está el monumento que honra al Libertador y recuerda también, las luchas por la Independencia.

También vale recordar, que aunque falleció en Boulogne Sur Mer-Francia, en 1850, treinta años después, su cuerpo fue traído a Buenos Aires y descansa en un mausoleo situado en la Catedral Metropolitana, Un lugar al que asisten muchas personas, de nuestro país y también extranjeros, que lo visitan con gran respeto.

Sin embargo, en este fin de semana largo, justamente porque el lunes fue el aniversario de su muerte, gran cantidad de personas eligieron visitar el Museo Histórico Nacional, donde desde el 24 de mayo de este año, se exhibe el sable corvo del Gral. San Martín, ese que lo acompañó en tantas batallas que permitieron alcanzar no solo nuestra Independencia, sino la de Chile y Perú.

Ese sable había sido comprado por San Martín en Londres, lo empuñó en las guerras de Independencia y, antes de morir, lo legó a Juan Manuel de Rosas en homenaje a su defensa del honor de la República, contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarla. Ya en el siglo XX, la espada fue robada dos veces del Museo Histórico por la Juventud Peronista, que con ese gesto buscó unir, en una misma línea histórica, a San Martín, Rosas y Perón. En 1967 el dictador Juan Carlos Onganía decidió trasladarlo al Regimiento de Granaderos a Caballo, donde permaneció hasta este año, en el que se decidió restituirlo al Museo.

En este museo, además del histórico sable, exhibido en una vitrina y custodiado por dos granaderos, también podemos encontrar armada la habitación donde falleció el General. Todos los muebles que tenía su cuarto en la casa de Boulogne Sur Mer, e incluso el piso de esa habitación, fueron traídos para armar aquí, el lugar donde exhaló su último suspiro.

Es importante que los chicos estudien, lean y así, conozcan nuestra historia, pero vale la pena que los padres o los abuelos, los incentiven a conocer estos lugares que reafirmarán esos conocimientos y donde podrán estar directamente en contacto con elementos que alguna vez, pertenecieron a los héroes de nuestra Patria.

El Museo Histórico Nacional, recientemente restaurado, tiene un hilo conductor que permite recorrer las salas, perfectamente organizadas, en las cuales se pueden apreciar diferentes momentos de nuestra historia y observar cuadros, armas, uniformes, mobiliario, relojes y otros elementos que pertenecieron al Gral. Belgrano, Rosas, Roca y otros.

El Museo está situado en la calle Defensa 1600, en el porteño barrio de San Telmo, recibe un promedio de 11.000 visitas mensuales y ahora, el sable corvo es la estrella de la muestra permanente, titulada “San Martín de puño y letra”.

Susana Espósito - Publicada el Martes 18/08/15 - 3055 caracteres