Reabrió el Parque Lezama
El lunes 4 de mayo se reabrió el Parque Lezama, luego de casi un año de obras y finalmente, sin rejas, un tema de discusión entre los que estaban de acuerdo con enrejarlo y los que no querían.
Algunos vecinos y también el Gobierno porteño, entienden que enrejar el Parque es la única manera de preservarlo del vandalismo; y otros rechazan su colocación porque, entre otras cosas, entienden que limita el uso que los vecinos pueden darle.
Las obras realizadas forman parte de una puesta en valor que era necesaria, ya que el parque presentaba importantes signos de deterioro.
No hubo inauguración oficial, pero ya está en condiciones de ser disfrutado por los vecinos y quienes deseen pasear por el lugar.
Los trabajos realizados incluyeron la recuperación de los senderos interiores, renovaron los juegos de plaza y se incorporó un piso de goma para brindar mayor seguridad a los niños. Colocaron nuevos bancos, instalaron bebederos, cestos de basura, se sumaron más mesas de ajedrez –revestidas con venecitas–, carteles indicadores al pie de los árboles más destacados, bancos de madera, nuevas luminarias con led; se renovaron los antiguos faroles, a los que también se les colocaron LED. También se renovó el paseo de los copones, con más palmeras, y el camino que lleva hasta el templete griego (en cambio, el templete aún tiene pendiente la renovación del solado).
“La feria continuará funcionando sobre la calle Defensa, como sucedió mientras duró la obra. Estamos realizando un censo para recuperar el orden, ya que a partir de ahora solo admitirá puesteros registrados. Una vez hecho el censo, volverán al parque, pero sin invadir los canteros, que han sido totalmente recuperados”, explicó Patricio Di Stefano, subsecretario de Uso del Espacio Público.
La recuperación del Parque Lezama representó un gasto de 28 millones de pesos y ahora, el desafío será mantenerlo.
Vale la pena recordar que el parque ocupa un solar histórico y según algunos historiadores, fue el lugar elegido por Pedro de Mendoza para fundar por primera vez Buenos Aires en 1536.
A mediados del siglo XIX, en época de Rosas, los primeros dueños del actual Parque Lezama fueron la familia Mackinley. Se conocía el lugar como la quinta del inglés jabonero, porque tenía una fábrica de jabones.
El segundo dueño fue el señor Hornes (perseguido por ser amigo de Rosas).
El tercer dueño fue un rico comerciante salteño, Gregorio de Lezama, quien hizo colocar jarrones de mármol de Carrara bordeando el camino, plantas exóticas y un enorme rosedal. También puso un trencito que recorría el parque.
Al morir, su viuda vendió a la municipalidad el lugar, con la condición de que el parque llevase el nombre de su esposo y se convirtiese en un paseo público.
El arquitecto paisajista, Carlos Thays, fue quien lo diseñó a fines del 1900 y lo pensó como un lugar de contemplación, de descanso y reflexión.
Susana Espósito - Publicada el Martes 05/05/15 - 2890 caracteres
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